Victoria verdolaga con Marcador Tacaño.

Un gol de ALEJANDRO BERNAL desenredó la madeja, en el minuto 11 del segundo tiempo.  Disparo de media distancia, cuya trayectoria cambió la cabeza de Quinteros, para descolocar al arquero Libman y protestado por el DT Franco Navarro, puesto que hubo falta previa sobre Chiroque, que el árbitro no sancionó.  Para no quedarse atrás,  su colega Juan Carlos Osorio se dolió de la anulación de un gol de chilena de Jonathan  Copete, (11’ después)  por inexistente jugada peligrosa del autor.  En la tribuna, 22658 clientes,  mezclaron  la miel  por la victoria y  la hiel por el marcador estrecho.

Nacional no aprovechó su superioridad técnica, física, táctica y anímica de los 45’ finales, que debió cerrar de otra manera y dejó la serie abierta para el compromiso de vuelta en Trujillo, el miércoles de la próxima semana (9:30 p.m.).  Le faltó un  jugador desequilibrante (pensante y de chispa)  que le abriera el panorama, para el segundo K.O. de la jornada.

Henriquez

Hay muy poco para destacar del primer tiempo: dos llegadas en el juego aéreo de Ruiz (por arriba Nacional fue más) y un remate lejano de Bocanegra.  En el vecindario dos intentos individuales de Chiroque, con buenas respuestas del arquero Armani.  Guisao absorbido por la marca de Rabanal;  Sherman estorbado por Juan Morales;  Copete intrascendente en la orilla izquierda.  Nacional más inclinado por el pase largo que por el toque y su enemigo con un mínimo de 9 jugadores, por detrás de la línea de la pelota, en actitud defensiva.  El local con más propuestas que profundidad, regaló medio frente del ataque.  Todo por la derecha, (sin desborde) y nada por la izquierda, que fue zona muerta.   Escasearon los  cambios de frente y de velocidad.

Para el acto final, Nacional situó sus huestes                    treinta metros más arriba.  Le dio mejor y más rápida circulación al balón, del cual se hizo dueño.  Mejoró el rendimiento por los flancos, con la rotación en la derecha de Guisao, Bernal, Ruiz y Bocanegra y la aparición de Sherman, Farid y un poquito de Copete, por el lado opuesto.  Abrió el verde a la defensa del equipo ‘’poeta’’,  insistió otra vez en el juego aéreo y probó la media distancia, amén de que se vió mejor en el tema de las desmarcaciones.   Pero… a la hora de traducir en goles su dominio óptico,  escaseó el talento.  Bien sabemos, que las  piernas sin la ayuda del  cerebro, no funcionan.

trellez

César Vallejo dejó la imagen de un equipo aturdido, petrificado después del 1-0  y sin latidos.  Trató de atacar, pero mostró más voluntad que aciertos.

Nacional ganó en forma justificada.  Pero así como hubo alegría por la victoria, también quedó la nostalgia de los viejos tiempos, cuando el campeón  pegaba en la mandíbula, con mayor frecuencia.  Los refuerzos contratados, nada que funcionan…y el fútbol soñado por la afición,  se esfumó otra vez entre los duendes de la noche.

Escrito Por :  Wbeimar   Muñoz   Ceballos.

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