La adversidad fue la compañera del verde, en el estadio Couto Pereira. Tres hechos marcaron la jornada de Copa Suramericana : la lesión de Bocanegra que dio paso a Cuesta, improvisado de lateral ; la expulsión de Nájera en una determinación apresurada del chileno Tovar, un árbitro con perfil localista, quien de paso tuvo la cortesía de mostrarle una amarilla injusta a Armani… y el cambio del plan estratégico del conjunto colombiano, que pasó de dominador a dominado, al quedar con un hombre menos en la cancha, desde el minuto 30 del primer tiempo. Una conjunción de sombras, en la noche brasileña.
En la primera media hora, cuando eran once contra once, Nacional practicó un fútbol posicional de manejo de la pelota y el terreno y de superioridad en todas las fases de despliegues y repliegues, por su carácter gremial en ataque y defensa . Su cuarteto de creación y llegada ( Berrío, Macnelly, Guerra y Borja) superó ampliamente al bloque de seguridad adversario, con cuatro llegadas al arco y un gol de BORJA que fue mágico por concepción (Macnelly-Guerra) y por finalización (Borja) . Todo salió a pedir de boca. 1-0.
Pero en inferioridad numérica y al no contar con un revulsivo natural para Bocanegra ( no viajó Alcatraz), comenzó una escalada al Everest. Recurrió entonces el visitante a la personalidad y al orden, para mantener el arco en cero, basado en la táctica defensiva y hasta tuvo la posibilidad de aumentar la cuenta en un mano a mano Borja-Wilson en el minuto 44, que el delantero no supo resolver. Mejoró la posesión de Coritiba, por el retroceso de Nacional y cambió el paisaje. El onceno brasileño comenzó a acercarse a Armani con dos remates de Juan y una media distancia de Kazim, pero a la hora de la verdad salvó el arquero argentino y los adversarios no pudieron presentar sus credenciales de goleadores.
Arias pasó de volante a lateral derecho (después volvió a la primera línea de mediocampistas) ; Aguilar fue un tigre en sus cruces y anticipos, secundado por Cuesta; Berrío y Guerra, cambiaron sus roles de ataque, por los de defensores. Hasta que se cansó Guerra (reemplazado por Roderick a 20 minutos del final) y Nacional fue obligado por la presión y empuje del enemigo, a recostarse demasiado contra su propio arco. Mejoró Coritiba en su ventilación de la banda derecha y por allí se coló Benítez, al minuto 85, envió un pase de la muerte a TIAGO, quien con una granada en el empeine, hizo inútil la estirada de Armani. Los ingresos de González y Bernardo en la etapa complementaria, le dieron mejoría a la elaboración de juego local, lo que obligó a Nacional a refugiarse . 1-1.
El empate llegó porque Nacional en la etapa complementaria no tuvo la pelota, ni volvió a buscar a Wilson por la vía de los contraataques, recargando así su trabajo en defensa… y porque Coritiba con el monocultivo del cuero y su actitud con más épica que fútbol, logró derribar los peajes propuestos por su rival, en los avances hacia las zonas de disparo.
Titulamos que el empate es esperanzador, porque de no volver las vicisitudes en el partido de vuelta, la próxima semana, Nacional debiera ganar la serie, por sus mejores argumentos, jugadores y talento.
Y la esperanza es la mejor forma de levantar los ojos hacia las estrellas.
No les parece ???
Escrito Por: Wbeimar Muñoz Ceballos