¡Partidazo! Peleado y vibrante de principio a fin. Arqueros exigidos, agresividad en la recuperación e intensidad en el juego atacante, a pesar de la cancha mojada, en la que no rodaba bien la pelota. 38251 espectadores que entretejieron angustias y esperanzas, a la par que Nacional y Millonarios combinaron lapsos de ambiciones e impotencias, para romper los muros de contención defensivos. Armani y Vikonis , en una lucha sin cuartel, para robarse las palmas.
Tuvieron  en los  flancos a Matheus  e  Ibargüen.    Salieron  en  veloces transiciones  de defensa  a ataque, para multiplicar el  trabajo de  Blanco, Bocanegra, Cuesta, Henríquez  y  Farid.   Dominaron la zona  intermedia  y  el   verde  escaso de asociaciones,  aguantó  por  los reflejos  de  Armani.
Para  el tiempo complementario, Nacional  se transformó.    Cambió pasividad, por agresividad.   Subieron  sus tropas a territorio enemigo  y poco a  poco obligó  a  Millonarios  a retroceder  varios  metros.   Con  presión  recuperó  e l  balón  más  cerca  de Vikonis,  pero  le costó enhebrar  pases, porque  la  defensa  visitante es  feroz  y  sabe  bascular.   Ibargüen  centró más su  posición, para darle acompañamiento a Macnelly   y  Matheus   volvió  a  la  batalla.   Millonarios continuó con el gatillo montado para  los contraataques ,  Nacional  no  perdió  el  orden atrás… y  las emociones  continuaron  en  las dos áreas.

Nacional  basó  los 45’ finales,  en  la convicción.  Aumentó  la  posesión de  la pelota  (48%  al  comienzo y  55%  en el segundo tiempo).    La gente  en la tribuna, rezó   todas las  oraciones  conocidas, mientras los locales siguieron   con  la fe  del  carbonero.     Bocanegra,  Aldo  y Dayro, se  insinuaron peligrosos  en un lado  y  en el otro fueron   punzantes  Cadavid, Quiñonez   y  Silva.     Se  llegó con  el  0-0 hasta  los 90’.
En  el  primer  minuto  de  reposición, cuando  las miradas  apuntaban para  una  definición  desde el punto  penal,  funcionaron  los  cambios ordenados  por  Reinaldo Rueda.    Rodin  había  entrado  a  los 80’  y Nieto a  los 83’.   Nieto  centró  desde  la  derecha  y  cabeceó  Rodin, en el  segundo  sector  del área.    La pelota  pegó en  el  travesaño  y  DAYRO MORENO , de  cabeza   pescó  el rebote,  para  el agónico 1-0.

Millonarios  salió  altivo, a pesar de la caída.  Nunca  dio,   ni  pidió  tregua.  Se mantuvo en pié como los robles, hasta  ese último suspiro de DAYRO, cuando  huyeron  las  tinieblas  y  brillaron  las  estrellas.
No  les  parece???
Por: Wbeimar  Muñoz  Ceballos.

Nota: todas las fotografías que acompañan  son cortesía de Wilson Valencia.
								
													


