El triunfo verdolaga llegó en el último suspiro de la noche, pero resultó inobjetable. El equipo se mostró como un sindicato solidario, a partir de la posesión del balón, el toque, los cambios constantes en la orientación del juego y el movimiento permanente de todas sus unidades. Bucaramanga aportó rebeldía en el segundo tiempo, pero sucumbió por la diferencia atacante, porque mientras los locales llegaron doce veces a posiciones de disparo, la visita solo apareció en dos oportunidades durante los 90 minutos.
Lillo sorprendió jugando con tres centrales : Cuesta, Aguilar y Palomeque. Más adelante Edwin Valencia, de buena actuación, en las misiones de corte y distribución. Después una línea de cuatro llegadores : Bocanegra, Aldo, Nieto y Quiñonez, para dejar como puntas de lanza a Dayro y Ruiz, quienes arrancaron desde afuera, para terminar como rematadores por el centro. A partir de allí, desprendimientos de la pelota a uno y dos toques, superioridad numérica y posicional en el medio campo y más aproximaciones al área adversaria.
Comenzó ganando Nacional con gol de cabeza de LUIS CARLOS RUI Z a los 15’, con un centro enroscado de Bocanegra y pase previo de Edwin. El Nacional del primer tiempo dio gusto a la retina, por el manejo de la pelota y por el sacrifico colectivo para presionar rápido cuando la perdía. A cada recuperación, siempre correspondió un nuevo ataque, pero la gente de casa tuvo un problema notorio : LE FALTÓ ARRIESGAR CON MÁS DISPAROS a PUERTA. El 1-0, era corto respecto al trámite.
Bucaramanga blindó mejor la media cancha en el segundo tiempo, al aumentar de 3 a 4 jugadores, el sector recuperador. Conformó un bloque de seguridad más corto, tanto vertical como horizontalmente y con mayor agresividad redujo los espacios de maniobra enemigos . Al minuto 56’, en una de sus pocas llegadas, Palomeque cometió falta penal sobre SERGIO ROMERO y éste desde los 11 metros emparejó la pizarra 1-1.
Nacional perdió velocidad y sorpresa en el ataque, como si pagara tributo a su esfuerzo del comienzo y sus llegadas disminuyeron. De todas maneras siguió buscando el objetivo, hasta que en el minuto 90, el arquero Otero soltó una pelota que disparó Aldo y DAYRO MORENO de zurda, cerró el 2-1. En el fútbol, los goles valen en el primero y en el último segundo.
Aun sin Henríquez, Velasco, Arias, Matheus e Ibargüen, el equipo dejó sensación de trabajo y progreso. Y en el banco, asomaron nuevos nombres hacia el mañana : Nicolás Hernández, Duván Uribe y Jean Luca Rivera, lo que también es alentador.
Cuando el partido se definió en la agonía, producto del mejor desempeño de Nacional, tanto la garganta de Dayro como las de los 14167 espectadores, coincidieron. EL GRITO COLECTIVO CONLLEVABA RABIA Y ALIVIO !
No les parece ???
Por : Wbeimar Muñoz Ceballos.