Así podríamos describir lo que pasó este año con la hinchada verdolaga, el sueño en el primer semestre con un nuevo título y la pesadilla en el segundo con una eliminación tempranera y un fútbol adormecedor, que no invitaba a seguirlo desde la tribuna.
Fue un año de contraste para el hincha del club más grande Colombia, con Reinaldo Rueda se consiguieron todos los títulos en el país, el equipo desplegaba un juego agradable y todo hacía creer que en Colombia, no había quien se le pudiera parar al conjunto verdolaga, incluso los mismos hinchas rivales hablaban del poderío del conjunto de Rueda.
A pesar de la prematura eliminación de la copa libertadores, donde Nacional defendía el título como último campeón, Rueda logró enderezar pronto el rumbo y regalarle la estrella del primer semestre a la hinchada del verde, se volvía a soñar con una nueva presentación internacional, al asegurar cupo para la libertadores 2018, pero la parte interna del equipo venía resquebrajada y la salida de Reinaldo Rueda cerró un ciclo maravilloso para la institución.
Llegó un técnico nuevo, sin mucha empatía con la hinchada, tal vez su pasado de poco éxito en Colombia, tal vez el rechazo de parte de la hinchada a la salida de Rueda, el caso es que el nombramiento de Juan Manuel Lillo, no fue bien recibido desde antes de que se posesionara, el técnico español nunca logró convencer con su juego a la mayoría y en el último partido la hinchada demostró el desacuerdo al trabajo realizado por el estratega ibérico.
Pero además del técnico, hay que decir también que muchos jugadores no estuvieron a la altura, tal vez el único que si mantuvo el nivel de siempre, fue el arquero Franco Armani, el resto del conjunto con unas de cal y otras de arena, las contrataciones no llenaron las expectativas y los nuevos que tuvieron oportunidad, nunca demostraron que podían con la responsabilidad.
Pasará el 2017 llevándose la tristeza de este segundo semestre y dejando el recuerdo de una nueva estrella en el primero, pero también la incertidumbre de lo que vendrá en el 2018, donde hay una responsabilidad enorme con la hinchada y el mundo del fútbol, estar representando a Colombia en una copa libertadores y Nacional no puede hacerlo de cualquier manera, la grandeza del equipo tiene que resurgir en el torneo internacional y hacia allá deben apuntar sus directivos.