Quizás de las cosas más grandes que me han pasado en la vida es haber visto a Nacional campeón de la Copa Libertadores, no fue fácil ni para los 11 que estaban en la cancha, ni para los que decididamente lo acompañamos todo un torneo en horarios complicados en lo laboral y al final ¿Cómo no ir a Quito? Fueron 60 horas de ida y vuelta, pero sin lugar a dudas lo volvería a repetir una y mil veces más.
Con esa misma pasión arrancamos la Libertadores el año pasado pensando que sin duda Nacional nos iba a poner de nuevo en lo más alto del continente, pero no todas son de azúcar y aunque no lo logramos, también pudimos celebrar a mitad de año y de una forma que tal vez ninguno se imaginaba. Este 2018 probablemente no vamos a empezar la Copa con esa misma seguridad del 2017, pero sí con una ilusión de volver a ver jugar a Nacional como nos gusta y vamos a confiar en el equipo porque la base es libertadora y los líderes que tenemos saben lo que es alzar una Copa Libertadores. Bocanegra el jueves mostró que a pesar de no haber estado en la titular desde el arranque del torneo, puede no solo dar fútbol del que queremos ver, sino jugar donde el técnico lo necesite. Almirón el jueves en rueda de prensa dijo que necesita líderes leales al equipo y esos son la base libertadora que hoy tiene Nacional, Mac, Henríquez y Aguilar al igual que Bocanegra han esperado sentados y también han demostrado en la cancha que la titular es de ellos.
De mi parte, el martes volveré a tener la camiseta puesta desde las 5:30 am que salga para el trabajo y seguramente en mis pensamientos no vaya a estar el cómo va a quedar el partido, sino más bien el cómo Almirón va a jugar con lo que tiene ¡No es fácil armar ese rompecabezas!
¡El martes nos vemos en Chile!
Escrito por: ElDeLaSilla