Noche fría en la ciudad de Medellín y una nueva expectativa sobre el juego de Atlético Nacional, muchas las dudas que quedaron en los dos partidos anteriores, el descontento era generalizado desde el hincha hasta el cuerpo técnico, los jugadores no se veían en su nivel y eran un océano de confusiones, aún así todos anhelábamos algo diferente, que se viera una intencion de cambio, que se viera más compromiso por parte de los jugadores y por momentos eso se vio.
La intención de cambio se comenzó a notar desde la elección del 11, Aldair nuevamente titular, Gómez y Rovira acompañando a Baldomero, jugadores para realizar una linea de cuatro, según las circunstancias del partido. En el desarrollo de la primera parte, el equipo trataba de jugar tranquilo sin afanes, buscando su mejor posición en el campo, se volvió a generar peligro en el arco rival desde los minutos iniciales, cuando más cómodo lucía Nacional en el campo, llega una jugada que el juez considera penal a favor de Envigado, que ejecuta Neyder Moreno y nuevamente pone al verde en aprietos, el equipo no se desesperó y manejando los tiempos y el balón lograron que Candelo enviara un gran centro al área, para que Vladimir llegara solo y de cabeza marcara el empate y su celebración personal por el partido #100 con la camiseta verdolaga.
Al inicio del segundo tiempo el profe Osorio realiza dos cambios, ingresan Jarlan y Andrade y se retiran Perea y Gómez, se pensaba que la defensa volvería al tres, pero no fue así, se sostuvo la intencion de cambio, Bryan Córdoba pasó a ser central mientras que Yerson Candelo dio una mano como lateral derecho, de esta forma, Candelo tendría ya la función de ida y vuelta, el medio campo buscaría ser más dinámico con Jarlan y “El Rifle”, mientras que Baldomero es el volante llegador, pero esta vez sobre sector derecho y Rovira seguía siendo el volante de marca, a propósito de Rovira, se le vio en todo momento tratando de manejar los tiempos del juego, cada que recibía o entregaba la pelota, daba indicaciones o le pedía calma a sus compañeros, incluso en el gol de Baldomero, lo vimos llamando a todos sus compañeros a celebrar.
Nacional jugaba tranquilo, trataba que sus “jugones” generaran volumen de ataque pero se estaban quedando cortos, Andrade y Jarlan aún no reaccionaban óptimamente y por momentos se perdían en el campo, al minuto 59 llega una jugada que parece calcada de los últimos dos juegos: saque de banda del rival, eluden al lateral que marca, centro al área y gol del Envigado, nuevamente abajo en el marcador en un ítem que se está volviendo endémico en el cuadro verde: la falla en la marca en los saques de banda. Nuevamente a remar contra la corriente.
Luego del gol, los talentosos despertaron Jarlan y Andrade se juntaban más y el ingreso de Quiñones les ayudó a generar más circuitos de juego. Nacional se volvió más punzante, en el minuto 70, un saque de esquina que inicia Barrera, sigue con una triangulación entre Baldomero, Jarlan y Candelo, este, envía el balón al área y Duque aparece preciso para marcar de cabeza el 2-2. Se reanuda el partido con una preocupación, Braghieri es retirado del campo y sustituido por Helibelton, el cambio no se comprendía pero luego vimos como el jugador Argentino era retirado del estadio con un cuello ortopédico hacia una clínica de la ciudad, estamos atentos de su parte médico.
Al minuto 75, Andrade lucha un balón en el borde del área, lo gana y se lo cede a Baldomero, quien controla muy bien, se gira y saca un zapatazo para asegurar el 3-2, la celebración fue un abrazo entre todos incluido el DT, que le daba ese respiro momentáneo al equipo, esa intención de cambio estaba funcionando mas allá del resultado, comprendían que pueden dar más.
En el cierre del partido dos acciones importantes, la primera al minuto 87, un error en la defensa de Nacional y respondía muy bien Aldair, quizá añadiendo un sello más al pedido de mas minutos, más continuidad por lo menos, ojalá eso suceda cuando regrese de selección Colombia y al minuto 91, Andrade se inventa una jugada individual que termina en un centro perfecto y preciso para Duque, pero el delantero verdolaga no cabecea de buena manera y el balón se va por un lado y ahoga el grito de lo que pudo ser el cuarto gol de la noche.
Se gana, se respira, pero… Atlético Nacional sigue mostrando grandes falencias luego del regreso, algunos jugadores aún parece que no despiertan de ese largo esperar de 7 meses para pisar una cancha, por momentos, luego de su ingreso Jarlan y Andrade le daban la razón al técnico de su no inicio como titulares, les falta un acople, lucían lentos y en ellos es donde recae una de las responsabilidades mas grandes, la generación de juego en un equipo que tiene como idea ir siempre y en masa al ataque.
En la defensa Bryan Córdoba dió una mano importante, tanto de lateral como de central, pero las dudas siguen en los hombres de experiencia, Perea y Mafla siguen cometiendo errores propios de un bajo nivel, el trabajo en ellos debe ser intenso, a Braghieri, abonarle que jugó algo mas de 60 minutos lesionado, algo muy propio de su carácter, pero no deben arriesgarse de esa manera, es preferible un cambio a tiempo que una lesión larga.
El 1 y el 9 o el arquero y el centro delantero, para quien escribe, son los dos problemas más graves de Atlético Nacional, Aldair por su parte está diciendo presente y con buenas acciones en momentos oportunos, demuestra que con continuidad puede ser muy importante, aunque aún se le ven falencias en las salidas en largo, mientras que el centro delantero sigue siendo ineficaz, se intentó con González y fue el festival del desperdicio, con dos 9, se pisaban y se robaban espacio y lo que mejor funcionó esta vez en ataque, fue Baldomero por momentos como “falso 9”, aunque vimos a Duque muy comprometido con el juego, iba a zona de volantes a buscar el balón y rotaba su posición con Baldomero, ojalá este gol lo despierte, porque por lo visto hasta ahora, es el único 9 que tenemos.
Nota al pie: Es bastante llamativo, por no usar otra expresión, como actualmente tenemos un par de masas de hinchas sobretodo en las redes, por un lado están aquellos que anhelan una caída estrepitosa y humillante de Nacional fecha tras fecha con el fin de ver al cuerpo técnico de turno fuera y de otro lado están los que añoran que en algún momento el técnico utilice el sistema de juego más extraño que se pueda imaginar y gane, así sea 1-0 para salir y “cobrarlo”, como se dice popularmente.
El vamos todos juntos la hinchada y los jugadores, quedó en el pasado. Hoy, solo vemos masas de hinchas, de hombres o nombres y muy poco de la institución. Se ponen una camiseta que es sagrada, llena de títulos e historias solo para la foto. Pero su sentir está muy lejos de esos colores y ese escudo porque hoy, ese par de masas, prefieren tener la razón, que ser felices.
