No por jugar con más delanteros, se es más ofensivo. Tampoco se es más defensivo por situar muchos jugadores atrás, ganándose el ‘’salario del miedo’’. Pedro Sarmiento lleva tres clásicos jugando con todo el batallón replegado en su campo y tiene un empate 1-1 y dos derrotas 1-3 y 0-3, para un triste balance acorde con su cobardía. Juan Carlos Osorio, en cambio, ha planteado esos juegos con base a la posesión de la pelota, la ampliación del campo taladrando por las bandas, y mayor iniciativa y agresividad. Así les ha ido a uno y otro.
En el fútbol es válido jugar esperando con una defensa espesa, pero sin olvidar el contragolpe. Nadie gana sin atacar y ese fue el Medellín del primer tiempo: preocupado de cerrar espacios, pero olvidado del arco contrario. Las acciones se produjeron en una sola dirección: hacia el arco de Leandro Castellanos, porque Sarmiento propuso un partido en el que regaló a Nacional tanto el espacio, como la pelota y la iniciativa. Las verdolagas tuvieron el balón y el protagonismo hasta que un centro de Edwin Cardona Jefferson Mena quiso rechazar y sólo consiguió que el balón batiera a su compañero Castellanos (1-0 en el minuto 22). Lo grave fue que el rojo perdedor no cambió el libreto hasta el muto 45, no tuvo llegada punzante al arco de Neco y Nacional se vio más cerca del segundo tanto, que Medellín del empate.
En el segundo acto con los ingresos de Giovanni Hernández y William Arboleda y la triangulación con Julián Mejía, Medellín comenzó a mostrar un rostro diferente y Germán Cano llegó dos veces con el cuchillo afilado (minutos 5 y 12). Sarmiento cambió la alineación 5-3-2 por un 4-2-2-2. Había regalado el visitante un tiempo completo y salía tarde de su guarida, mientras Nacional maniobraba a media máquina, pero dejando la sensación de que en cualquier algún cambio de ritmo colectivo podría hacer daño.
Se dieron dos hechos simultáneos: el rojo cometió errores individuales de marca y el verde se hizo punzante con la trilogía Sherman- Páez y Cardona. Minuto 23, penal de Leandro a Páez, cobra Edwin Cardona y llegó el 2-0, que puso la cuesta más inclinada. Minuto 27 se escapó Páez y Jefferson Mena no sólo cometió falta: también fue expulsado y el DIM quedó con 10 jugadores. Cobró Sherman, se abrió la barrera, Leandro quedó ‘’haciendo estatua’’ y vino el 3-0 y Nacional comprendió una vez más que con goles, la vida es bella. En un contragolpe a los 32 minutos, pase de Marco Pérez a German Cano y el goleador templó el cuero y sacudió el viento para el 3-1 definitivo. Al minuto 40 se fue expulsado Javier Calle y terminaron en la cancha 9 camisetas rojas, ante 29.759 espectadores que pagaron $ 663.189.000, oo. Calle pasó la tarde de puntillas y compartió su ineficacia en el otro lado de la cancha con Juan Pablo Ángel.
En la rueda de prensa hubo interrogantes para Pedro Sarmiento quien se salió por la tangente dando a entender que su planteo táctico fue perfecto, pero que los culpables fueron los jugadores. No se le ocurrió (en medio de su mal manejo del caso Giovanni Hernández y el aislamiento y lapidación permanente que hace del volante) admitir siquiera que no jugó a ganar, sino que sólo pretendió mantener el cero, sin conseguirlo.
Hay técnicos que arriesgan y otros que sólo aportan neblina. En ese orden de ideas, en la primera fecha del torneo, Osorio está entre los líderes y Pedro tiene el penoso puesto del fondo. Uno es primer violinista. El otro actúa como ‘’ carranguero’’ desafinado.
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.