FOTOS: COERTESÍA DIMAYOR
Por: Juan Felipe Velásquez.
Regresó el público al Atanasio Girardot luego de 16 meses de ausencia. Nacional logró un triunfo como local ante Tolima, el verdugo de la historia reciente del club. Un triunfo que sirve para “sacarse la sal” ante el Pijao, un triunfo que da la bienvenida al fútbol con hinchada verdolaga en la tribunas y un triunfo que infla la confianza del proyecto del profesor Restrepo.
Creo que no hace falta aclarar que, como en todo nuevo proyecto, el apoyo y la paciencia son pilares fundamentales para que se mantenga en vigencia, pero la crítica y el análisis también es válido, más cuando el equipo presenta pasajes de fútbol tan radicalmente distintos en un mismo partido. Nacional intentó dominar en el primer tiempo desde la tenencia del balón. Honestamente, el equipo nunca se impuso, pero tampoco permitió mayores asomos en su área por parte del rival. El gol es consecuencia de un robo en zona 2 y un pase clarificador de Barrera a Candelo. Parece una jugada aislada, pero Nacional todo el tiempo orientó la presión a carriles internos, lo que obligó a Tolima a jugar siempre con sus laterales. Bien trabajado.
Para el segundo tiempo, Tolima buscó arroyar al local y lo logró. De inicio a fin, los 45 minutos complementarios fueron de claro dominio Pijao. Nacional intentó contragolpear, pero no pudo hilar sus transiciones con eficiencia. El visitante arrancó a Nacional en su tercio defensivo y, dicho sea de paso, jugó con el miedo psicológico que implica para el verde jugar con Tolima en los últimos años. La crítica pasa por la disposición de Nacional en lo táctico y estratégico; si bien el rival, con fútbol y temple, lo aprisionó en su propia área, Nacional nunca intentó zafarse de ese dominio; por el contrario, asumió el rol defensivo y obligó a sus extremos a retroceder hasta posiciones de lateral defensivo. Andrade se devoró la cancha desde el rendimiento individual y colectivo. Marcó el único gol de la noche que sentenció la victoria verde, pero también cumplió con los extensos recorridos que, con mucho astucia e intención ofensiva, Tolima obligó a ejecutar.
Evidentemente el camino el largo y el proyecto apenas empieza. En dos partidos hemos visto buen fútbol ofensivo en Envigado y buenas acciones defensivas anoche, en el Atanasio. El profe Restrepo necesitará encontrar un rendimiento más regular, hacerse fuerte con el balón, obviamente entendiendo que en todos los partidos no es posible ser dominador claro, pero tratar de no asumir la labor defensiva absoluta con tanta resignación.