FOTOS: CORTESÍA DIMAYOR
Por: Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional es líder del fútbol colombiano luego de recorrer 6 fechas del rentado. De mi parte, percibo que este nuevo proceso corre con el apoyo de la gran mayoría, el mío incluido, pero el partido de ayer no mereció declarar a Nacional como victorioso y está bien decirlo. De hecho, conviene decirlo porque las victorias sufridas dejan enseñanzas y muestran errores, pero se puede corregir bajo la sombra de la tranquilidad y el liderato.
Es cannon en este cuerpo técnico el 4-2-3-1; es el sistema elegido y es inmutable. Partiendo de ahí, a Nacional se le ve intención ofensiva, pero solo en sus hombres de avanzada, poco aportan los defensas. Es curioso que el equipo sea tan solidario para defender, pero poco colaborativo para atacar. Los laterales son cuidadosos en demasía a la hora de pasar al ataque, los centrales no se involucran más allá del inicio de juego y los pivotes cumplen una única función en carriles centrales, pero hasta ahí. Ayer, Quindío fue más y superó a Nacional en todo, excepto en lo que al final cuenta, el marcador.
No es para alarmarse, insisto que un nuevo proyecto consta de aciertos y errores en su etapa inicial, pero es necesario resaltar lo corregible y mantener y potenciar lo bueno. Dentro de lo bueno, decir que el equipo cuenta con un camerino sano y con un potencial enorme en sus refuerzos, además del compañerismo palpable en cada acción defensiva, en cada respaldo, en cada balón dividido. Yo me separo de la mayoría aquí y no considero que la cancha haya sido factor en la ecuación del mal juego. Simplemente Quindío fue mejor y nos superó.
Siento que Nacional necesita de mayor compromiso de su línea defensiva a la hora de atacar, pues será imposible lograr ser dominante en el último tercio si los laterales mantienen su posición en zona 2 o si los centrales no conducen de vez en cuando. Confieso que quizás peco por ser amante del juego de posición, pero el fútbol actual demanda conceptos de esta filosofía, así no quiera basarse el sistema en ella.
Me resulta necesario, también, poner la lupa en los cambios, pues Nacional viene buscando los mismos en cada sustitución que ejecuta. Alex Castro para jugar al contragolpe, Guzmán y Álvez para refrescar nómina y un pivote (Gómez o Rovira) para mejorar en marca, pero poco y nada aportan cada que entran. No es culpa de los jugadores, pues el cuerpo técnico está resultando predecible y fácil de anular.
Finalmente, reconocer que la victoria de ayer se da por un craso error arbitral, uno más en la lista de vergüenzas de nuestro fútbol. Hoy te dan y mañana te quitan, si, pero en Colombia cuando te dan y te quitan viene con un dictamen horroroso de árbitros poco preparados y la constante vista gorda del ente regulador.