FOTOS : CORTESÍA DIMAYOR
Por: Juan Felipe Velásquez
Un partido más que no deja mucho para resaltar en cuanto al juego de Nacional. Al equipo se le vio tranquilo, sereno, sin urgencia ante Jaguares y ayer repitió la dosis ante Bucaramanga en un contexto en el que, de mi parte, la fiesta del hincha, los homenajes a los ídolos y toda la parafernalia se lleva la felicitación. El equipo está midiendo esfuerzos y es absolutamente válido y entendible, pero esto hace que el hincha sienta que algo menos que una final es insuficiente.
Ya lo dije en el texto pasado, pero para expresar mi punto quisiera repetirlo: en todos los trabajos del mundo la gente ahorra esfuerzos cuando sabe que el futuro cercano trae consigo un reto difícil. Es normal, no es reprochable, pero conviene revisar hasta donde nos medimos, pues el ser humano se acostumbra y, en mi opinión, esto es ponderable al deporte. Dinero llama dinero, conocimiento llama conocimiento, ganar trae más victorias y perder también establece un patrón. No quisiera que Nacional, en su dinámica de guardarse para las finales, entrara en un bache de resultados inesperados, indeseados; y menos con todo lo importante que se juega en el próximo mes de competencia.
Si, está bien que el equipo regule energías, pues ha hecho grandes esfuerzos durante el semestre, los números y los resultados lo avalan, pero siempre con extremo cuidado, pues en el fútbol te puedes quedar atrapado en una dinámica inesperada. Ganar constantemente trae más victorias y eso es lo que necesita Nacional a partir de ahora que se enfrenta a Pereira en la final de la Copa, luego el clásico Paisa, el clásico ante Millonarios y, por fin, las finales de liga.
Hermoso marco de celebración en el día del hincha. Toda una convergencia de lo que es la cultura verdolaga. Banderas, cánticos, ídolos, copas y felicidad por doquier. La hincha mas grande para el equipo más exitoso del país. Felicidades a todos los hinchas.