Fotos: CORTESÍA CONMEBOL LIBERTADORES.
Por: Juan Felipe Velásquez
Tristísimo resultado en contra de los intereses de Atlético Nacional en la noche de ayer en el contexto de la Copa Libertadores de América. El verde visitaba a su similar de Olimpia en Paraguay, pero fiel a sus más recientes costumbres, el equipo Paisa no sólo despilfarró oportunidades de gol a granel, sino que además, estando montado en el dominio del partido decidió, por mano propia regalar el mismo.
A veces la paciencia es el mejor aliado para soportar los proyectos deportivos, sobre todo aquellos que inician; pero el proyecto deportivo de Alejandro Restrepo no refleja pasos de evolución, por el contrario, cada fecha el conjunto verde muestra retrocesos en su idea futbolística. Si bien es cierto que la seguridad defensiva es muy importante para lograr el éxito en el fútbol, considero yo que no debe ser un punto de partida y menos en un equipo de tanta envergadura como Atlético Nacional.
De nuevo, y cómo es costumbre en los últimos partidos, Nacional fue dos equipos en un mismo cotejo. El del primer tiempo fue un conjunto arrollador, que generó muchas chances de gol, pero el segundo tiempo y después de los cambios propuestos por el cuerpo técnico, el equipo se vino abajo, o mejor dicho, se vino atrás, a guardarse en su propio arco, haciendo bloque bajo defensivo, a ceder la posesión del balón y a dejar que el equipo paraguayo, que estaba nublado y teniendo una mala noche, resucitara de las cenizas para llevarse el partido, el resultado y quedar con la mejor opción de clasificar a la siguiente fase.
No quisiera en este análisis caer en lugares comunes y menos en el irrespeto por un profesional. En el fútbol las responsabilidades siempre son repartidas, por eso es que una plantilla tan numerosa y costosa debe asumir también las consecuencias y críticas de un partido como el de anoche. Ahora, la responsabilidad máxima es del cuerpo técnico que planteó un segundo tiempo leyendo mal las situaciones y desarrollos futbolísticos en el trasegar del partido. Ya no es casualidad que cada vez que Alejandro Restrepo mete mano e incorpora sustitutos en la cancha el equipo, contrario a mejorar, siempre empeora.
3-1 A favor de los paraguayos y marcador excesivamente largo, no sólo para lograr una remontada épica en condición de local, si no porque el juego fue del equipo verde hasta que, increíblemente, el cuerpo técnico decidió lo contrario.
Nacional sigue repitiéndose en su estrategia, predecible, monótona, rutinaria y fácil de contrarrestar. No todo se explica desde el rendimiento individual, de hecho, cuando los jugadores no están en su mejor nivel es cuando debe aparecer el equipo para resguardarlos y protegerlos, pero equipo no hay, al menos no desde lo táctico y estratégico.
Fiel a mi estilo y a mis creencias, no voy a pedir la cabeza de Alejandro Restrepo, pues, en primer lugar, no me compete a mí tomar ese tipo de decisiones, pero sobre todo porque, evidentemente, es un técnico más que se quema en un cúmulo de malas decisiones que ejecutan los directivos del equipo. Mi opinión siempre fue la misma, Alejandro Restrepo es un tipo de increíbles capacidades, de calidad y profesionalismo indiscutible, pero, al final, lo más importante siempre será la experiencia adquirida. Experiencia de la cual carece el técnico de Nacional para dirigir un equipo tan difícil y pesado como el verde Paisa.
Arriesgo de sonar repetitivo, insisto que el nivel de los jugadores, no es tan bajo como los resultados sugieren, pero si están apoyados en un limbo táctico y estratégico que no soporta a una plantilla que, como es normal en el fútbol competitivo, no siempre puede estar a su 100% de nivel.