Por: Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional, fiel a su historia, a su grandeza, a su jerarquía y a su tradición, alcanza una vez más la gran final del fútbol colombiano y disputará el derecho a bordar una nueva estrella, en este caso, la número 17. Con una clara victoria ante Junior de Barranquilla en condición de local por 2 a 1, el verde se quedó con el pasaje a la cita final del semestre que otorgaba ser el mejor del grupo de los cuadrangulares de la liga BetPlay.
Se percibe cerca la tan anhelada hazaña que ha sido esquiva por cuatro largos años y ha generado una sensación de impaciencia en una hinchada acostumbrada a ser reinante y hegemónica en el fútbol colombiano. Resta nada más disputar la final ante el rival qué salga del grupo B y, como viene siendo costumbre en este semestre, la ilusión entre los hinchas es más fuerte y grande que nunca.
Y es que este equipo ha demostrado que, a pesar de carecer en expresiones futbolísticas, tiene un grupo de jugadores comprometidos que han competido cada partido con una entrega inigualable. Es justamente eso lo que el Arriero Herrera le ha brindado a esta plantilla de jugadores que ha pasado por manos de grandiosos técnicos, académicos, experimentados y mundialistas que han dado muestras de un fútbol muy disfrutable, pero que en las instancias finales siempre carecían de esa virilidad que se requiere para terminar de ser dominante y poder alcanzar los objetivos propuestos.
A este equipo le puede faltar de todo pero nunca compromiso, ganas, sacrificio y huevos. El capitán de Atlético Nacional, Sebastián Gómez, Es fiel reflejo de lo que esta plantilla expresa en el campo. Un fútbol por momentos bello y agradable y luego espeso y tosco, pero siempre con sacrificio y yendo a cada pelota dividida con la virilidad que caracteriza a todos los equipos campeones del mundo, sin importar cual sea el torneo que disputen. Porque si bien en el fútbol es importante las formas tácticas y estratégicas, es igual de importante la motivación, el estado anímico, el empuje mental para poder ser campeón, pues muchas veces no basta con jugar bonito, sino también sumarle mucha competitividad al asunto.
No queda más que esperar a que Nacional encuentre su próximo rival en la gran final del 2022-1 que se definirá entre Tolima, Equidad y Medellín. La hinchada sabe que su equipo se podrá ver superado en fútbol pero nunca en compromiso y entrega y, créanlo o no, con eso basta para ilusionarse y soñar con alcanzar, por fin, la estrella 17.