En el partido de ida de la Superliga Deportivo Cali derrotó a Nacional 2-1. Ahora en la vuelta se impuso Nacional 1-0 con tanto de JEFFERSON DUQUE al minuto 28 y Cali alzó la copa en la definición desde el punto penal por 4 goles a 3. El gasto lo hizo el equipo antioqueño, pero la celebración fue azucarera.
Nacional salió con una formación 4-3-3 y con la idea de ganar las orillas de la cancha, en las que generalmente comienza su desequilibrio en ataque. Cali se distribuyó en un 4-4-2 e hizo muy poco por el espectáculo. Mientras el equipo de Osorio tenía la pelota y atacaba sin cesar, creando en total una docena de llegadas sin finalización… el visitante sólo disparó al arco UNA vez en 90 minutos. De todas maneras en el fútbol no basta con crear ramilletes de oportunidades: hay que empujar la pelota a la red, como única verdad y en ese sentido Murillo, Jefferson, Sherman, Cardona, Berrío, Sebastián, Bocanegra, Mejía y Páez, quedaron en deuda. Estaba más cerca Nacional del segundo tanto, que el Cali de la igualdad. Y a la hora del último esfuerzo desde los 11 metros Farid Mondragón atajó los disparos de Sherman y Valencia, mientras Neco sólo pudo atajar el cobro de Andrés Pérez y lo vencieron Robin, Vladimir, Torijano y Viáfara. (Por Nacional marcaron Medina, Cardona y Bocanegra).
Los detalles del resto de la noche, quedan en la anécdota:
– Nacional fue el único que hizo algo por la victoria en los 90 de juego. No dejó salir a Vladimir ni a Candelo, fue dueño de los flancos, obligó al rival a jugar en largo y le ganó los rebotes. Cortó los circuitos creativos que intentó Marrugo, tuvo la posesión de la pelota en la mayor parte del compromiso, buscó desde todos los ángulos y fue más fresco en ideas que su enemigo.
– Cali no propuso ni presión alta (como en los partidos anteriores), ni estiramiento de líneas buscando ataques. Exageró su actitud defensiva, arriesgó demasiado a que la gente de Osorio le hiciera otro gol y sólo intentó verle la cara a Neco, con un ingreso al final de Casierra que permitió subir unos metros a Vladimir como compañía de Mendoza.
– Pocas veces la especulación es la mejor aliada, pero resultó abrazada a Leonel Álvarez. La avaricia se adueñó de la Superliga. Un título anodino para los amantes del buen juego… y con sabor a cielo para el vencedor.
Escrito por : Wbeimar Muñoz Ceballos.