Por: Juan Felipe Velásquez.
Parece increíble, pero tengo que empezar con esto: una cosa es el resultado y otra el rendimiento. Empiezo por ahí porque, a pesar de que ayer no se perdió, el rendimiento fue cuestionable. Tan cuestionable cómo ha sido toda la era Autuori hasta ahora. Habrá quienes entiendan el fútbol desde el resultado, es decir, ganar y ya. A mi si me importa el cómo se gana. Para mi si es importante que a las victorias se le sume el fútbol que identifica esta institución llamada Atlético Nacional.
Nacional no pierde, incluso a veces gana, pero yo no estoy conforme con el rendimiento futbolístico en general. Y es que para ganar en el FPC no hace falta jugar bien, pero ya se viene competencia internacional y en la copa libertadores es a otro precio.
Nacional se comporta extraño para el paladar del hincha verde que está acostumbrado a que los equipos rivales vengan al Atanasio y se encierren. Ahí radica el problema, a mi modo de ver. El equipo de Autuori es muy bueno para aprovechar los espacios, para jugar a la contra y ganar los metros baldíos que se generan en los equipos rivales cuando están en fase ofensiva, pero en el momento en que un equipo decide cerrar líneas, el verde paisa es incapaz de generar espacios a través de la posesión o el juego de posición.
Parece que habrá que rezar para que los equipos rivales vengan a atacarnos y dejen espacios entre líneas, porque si vienen a encerrar, Nacional será incapaz de sacar el resultado. Preocupante panorama pues, como lo dije antes, la mayoría de los equipos vienen a Medellín a encerrarse y rara vez a proponer la disputa del balón.
Ayer Millonarios no fue mucho más que Nacional, pero Nacional tampoco fue mucho más que Millonarios. El partido fue parejo por lo bajo, advirtiendo que el azul de la capital venía de disputar un partido difícil ante Mineiro y por eso utilizó una nómina suplente, mientras que Nacional jugó con sus titulares y estaba, en teoría, descansado por haber contado con una semana entera sin competencia.
Es así como Nacional solo pudo creer ocasiones de gol, pocas para ser honesto, jugando al contragolpe. Si bien, la fase defensiva de Nacional es muy buena, cuando es momento de atacar es tortuoso de ver por el simple hecho de que el equipo es plano, lento e incapaz de mantener el balón por mas de 6 o 7 pases.
Ese afán de evitar que el rival se arme defensivamente desemboca en un equipo impreciso cuando debe acelerar.
El tiempo nos mostrará la verdadera cara de este Nacional que ya corre el quinto mes del proceso de Autuori y que, contrario a la lógica normal que dictamina un proceso exitoso, el equipo involuciona en vez de dar pasos hacia el frente. Si, esa es la cruda realidad. Nacional juga peor con casa partido y no mejora.