Por: Juan Felipe Velásquez.
El mejor clásico regional del país, sin duda alguna. Cada enfrentamiento entre Nacional y Medellín deja una postal colorida de la ciudad más futbolera de Colombia. Ahora, hablar de fútbol durante el partido de ayer está un poco más difícil.
Objetivamente, el primer tiempo fue enteramente para el Medellín. El equipo rojo superó todas las líneas de presión que Nacional dispuso. Lo preocupante es que utilizó diferentes recursos: pase largo, triangulaciones con tercer hombre, gambeta en carriles internos; el Verde nunca pudo frenar a Medellín y, una vez más, se vio mal.
Yo sigo insistiendo que Nacional es un equipo que ataca pavorosamente mal. El equipo de Autuori se vale de aprovechar los espacios que dejan los rivales, cuando los dejan, porque nunca es capaz de generarlos por mérito propio. Basta con que el rival se cierre bien en su propio campo y hasta ahí llega el ímpetu verde.
Ayer no fue la excepción y cuando Medellín hizo un bloque medio bajo, Nacional solo atendía a pasarse el balón sin ningún sentido de profundidad. Pasadas 10 fechas de la liga ya podemos decir que es una constante.
Podemos hablar de los lesionados que no deja de preocupar por el grueso de la lista, pero es que aún contando con la mayoría del plantel, el equipo solo ha sido eficiente cuando el rival se desordena por propia elección. Nacional es incapaz de desordenar al contrario con movimientos, circulación de pelota o juego de posición. La apuesta es el contraataque y es una realidad que habrá que asumir.
Y si antes se elogiaba la capacidad de Autuori de recomponer su errado planteamiento inicial, ayer, en cambio, terminó de sepultar al equipo con las sustituciones. Por supuesto, sabemos que el profesor no pretende errar sus cambios, pero lo de ayer fue inentendible.
Solo queda por establecer que, más allá del pobre fútbol que muestra Nacional, no deberíamos estarnos cuestionando la continuidad del DT. Si bien añadir está conforme con lo que se ve en el campo, es necesario decir que el proyecto está dejando satisfacción en la recuperación de la cantera y es un primer paso que a mí, personalmente, me sabe bien.
Eso si, tampoco se debe esconder la realidad de la institución y la exigencia es ganar y gustar. El es costoso precio de defender los colores de Nacional.