Por: Juan Felipe Velásquez:
Estimado lector, no quiero parecer que me estoy subiendo al carro de bomberos muy pronto, pero hay que decir que Atlético Nacional está comenzando a sumar actuaciones positivas tanto en lo futbolístico como en los resultados.
Ya lo dijo el director técnico Pablo Repetto, que ‘falta mucho trabajo’ para lograr actuaciones que vuelvan a enamorar al hincha del verde antioqueño y que justifiquen el nombre, la jerarquía y la historia de la institución más ganadora de Colombia. Sin embargo, los últimos partidos han sido una clara muestra de esa evolución que tanto pedíamos en eras pasadas.
Nacional muestra que puede jugar cada vez mejor con cada partido que enfrenta y con cada semana de entrenamiento que planifica. Por supuesto, el equipo no es una máquina de fútbol bonito, pero los resultados se ven justificados por un desarrollo colectivo interesante y no se sustentan en simples actuaciones individuales casuales.
Lo cierto es que Atlético Nacional ya no se encuentra en las últimas posiciones de la tabla, lo cual no solo era incómodo sino también deshonroso para una institución de semejantes pergaminos. Ahora está muy cerca de meterse entre los ocho clasificados a los cuadrangulares finales. Sin duda, hay que dejar claro que el sistema mediocre que propone la Liga de nuestro país ha permitido que el peor Nacional de los últimos 30 años no esté aún eliminado. Con 15 puntos aún por disputarse, bastará que el verde sume 11 o 12 de ellos para estar en las finales.
Ahora bien, al referirnos a este Atlético Nacional como el peor de los últimos 30 años, no solo lo sugerimos por la expresión futbolística en el campo de juego, sino también porque el proyecto deportivo resulta poco identificable. Los dueños del equipo han iniciado una limpia progresiva a raíz de los malos resultados. Cambios drásticos se han dado en la dirección deportiva y en el departamento de contrataciones, lo que evidentemente da la razón a quienes siempre creímos que Nacional carecía de planificación deportiva.
Ahora que empieza a superarse esa etapa y que soplan vientos de cambio a mediano plazo, en la cancha se puede ver cómo se consolida poco a poco un once titular fijo bajo una idea y una premisa que, por las necesidades y las urgencias, hoy consta de ganar como sea. Sin embargo, deja sensaciones positivas, porque Nacional va evolucionando con cada juego que disputa y estoy convencido de que el fútbol bonito está próximo a regresar.
Hemos sabido criticar con vehemencia a la institución por el mediocre proyecto deportivo que ejecuta, y personalmente he sido enérgico en mis palabras sin faltar al respeto a aquellos que hoy encabezan el grupo directivo de Atlético Nacional. Mi crítica se dirige directamente a su trabajo en la institución de la cual soy hincha, porque los resultados demuestran el laxo conocimiento de la función que desempeñan. Sin embargo, cuando se deben aplaudir buenas decisiones, estoy dispuesto a ser el primero en hacerlo, como lo hago hoy.
Los más recientes cambios en la cúpula directiva del Verde de Antioquia demuestran que el timón está virando hacia otro rumbo que parece ser mucho más beneficioso, identificable y gratificante para todos aquellos que amamos a Atlético Nacional. Y, por supuesto, es de destacar que en lo deportivo se refleja esa evolución, pues el verde ahora vuelve a ser un aspirante al título de Liga.