Por: Juan Felipe Velásquez.
Consumada la eliminación de Atlético Nacional en la Liga Betplay 2024, cuesta asimilar cómo el equipo más grande del país se va de vacaciones desde mediados de abril y deja de competir por la estrella tan temprano en el campeonato. No es digno de esta institución una eliminación tan prematura, lo que nos hace sentir a nosotros, los hinchas, que la dignidad y la jerarquía del Verde de Antioquia están completamente hipotecadas.
Así como se destacaron las tres victorias al hilo al inicio de la era Repetto, hay que denunciar que en los últimos tres encuentros, Nacional solo suma un punto de nueve posibles. El equipo falló en el momento clave del campeonato y terminó perdiendo el rumbo.
Duro golpe para el técnico uruguayo que logró ilusionar a la gran mayoría de la hinchada con una clasificación a los cuadrangulares finales, pero lo cierto es que la plantilla en la cancha no respondió ni estuvo a la altura del desafío. Evidentemente, han alcanzado su pico de rendimiento individual y no tienen mucho más para ofrecer dentro del terreno de juego.
No es que esté sacando conclusiones erróneas, pues los mismos jugadores enviaron un mensaje claro y contundente durante y después del partido. Un mensaje que muchos ya sospechábamos: el proyecto deportivo no dio los frutos que se esperaban.
Contrataciones que nunca se convirtieron en refuerzos, jugadores que llegaron hace menos de tres meses y ya están completamente borrados del equipo, cambios en los puestos directivos, rendimiento deportivo discreto y un sin número de traspiés y desaciertos de la institución verdolaga que desembocan en un vergonzoso 2024-1.
Honestamente, Nacional dejó de dolerle a su hinchada, y los asistentes a la Atanasio Girardot en la noche de ayer esperaban la eliminación como una premonición cultivada desde enero, cuando Atlético Nacional no fue capaz de incorporar un solo jugador de categoría y renombre, y en cambio trajo una lista larga de futbolistas con presente dudoso que, a priori, se entendía que no iban a aportar mucho.
Así, se volvió imposible hablar de fútbol en Nacional, porque en ningún momento de este año el equipo fue capaz de ser convincente, eficiente y efectivo. Partido tras partido fue un constante horror ver cómo el Verde se desenvolvía en el campo de juego con torpeza y ausencia total de estrategia y táctica. El equipo que durante muchos años ostentó el título de ser el conjunto más acompañado de Colombia en los estadios y que ocupaba el primer lugar en el Top de promedios de asistencia, hoy apenas suma 15,000 aficionados promedio por partido. Es un mensaje más que claro para los responsables de esta estrepitosa caída, que no hicieron más que traicionar el ADN de Atlético Nacional.
Que se hagan cargo los directamente responsables de esta debacle futbolística, que paguen los platos rotos aquellos creadores de este proyecto deportivo mediocre y que Nacional recupere el renombre, la jerarquía y el respeto que generaba en el fútbol colombiano, es el deseo de todos los hinchas de este equipo.