Nacional tuvo un surtido de dificultades, para ganarle al conjunto matecaña. Cuando todo apuntaba a un empate aburrido y sin goles,( por el bloque defensivo de la visita y la incapacidad atacante de los locales), el verde rompió la noche en el minuto 65, gracias a un tiro libre cobrado por Edwin Cardona. Rechazó el arquero Cabral con los puños. Bernal quien nada tenía que hacer en la cancha ( una falta descalificadora sobre Choronta, merecía su expulsión a la luz del reglamento, pero seguía ahí, como el dinosaurio de Monterroso), volvió el balón hacia el área, pegó en un defensa rival, Copete disparó, la soltó el portero y Diego Peraltaen clarisimo fuera de lugar, la empujó a la red, para el 1-0. Después en el minuto 83, cuando las Águilas se jugaban la vida en un ataque masivo, facilitaron un contragolpe. Combinaron Ruiz y Edwin Cardona, en una pared larguísima y en campo abierto . Ahí se selló el 2-0.
Marcado Mejía en el medio, no había distribuidor de juego, en el primer tiempo. Opaco Sherman. Ángel, Guerra y Copete, no desequilibraron en sus duelos individuales. Bernal deambuló al igual que Miller. Calle y Murillo pasaron trabajos con Arboleda y Palomino. En síntesis : Nacional, anduvo mal en lo individual y colectivo, sin desborde por los flancos, sin creación de espacios , sin profundidad y sin remates a puerta. En el primer tiempo hizo dos lanzamientos intrascendentes, de media distancia (Bernal 34’ y Sherman 42’) y en el segundo, anotó los dos goles y pare de contar. Cuatro llegadas para un equipo campeón, fue demasiado poco. Esa es una cifra para un ataque de estrato uno.
Las Águilas se confiaron demasiado en la táctica, para defender…pero no tuvieron atrevimiento para soltarse más a la ofensiva, la que sólo intentaron con el marcador en contra. Fue demasiado tarde. A Nacional le sigue importando el resultado ( acorde con el concepto global del éxito). Tiene el qué, pero no piensa en el cómo. Le sigue faltando el juego.
Menos mal para el ‘’rey de copas’’, que en su noche de penurias, el árbitro Perilla contribuyó inocentemente, con sus equivocaciones. Los goles disimularon las carencias y las penas.
Escrito Por:: Wbeimar Muñoz Ceballos.