Este es uno de esos post que uno no sabe por dónde comenzar. Es que es tan complicado o tan fácil como uno quiere que sea; pero hablar del goleador, del ídolo, del hombre, del jugador, del hincha no es cosa fácil; hay tanto por decir, hay tanto por expresar que cualquier escrito se quedaría corto ante tanta gratitud que le debemos a Víctor Hugo Aristizábal Posada, también conocido como Aristigol o el Señor gol, como me gusta referirme a él.
foto Kienyke.com
Fue un jueves 09 de diciembre de 1971, cuando estas tierras Antioqueñas recibieron un nuevo nacimiento, entre muchos otros que seguro se dieron ese día. Por eso, hoy 43 años después, no es un día cualquiera; hoy es el día del cumpleaños de nuestro eterno goleador, hoy es el día de decirle una vez más a Aristi “gracias por existir, gracias por ser del verde, gracias por tantos goles, gracias por los títulos , gracias por tu sentimiento hacia el verde de nuestros tus amores y gracias por dejar el nombre de Colombia en alto a donde fuiste, pero ante todo gracias por seguir apoyando el talento de los niños que vienen formándose como futuros futbolistas y seguro futuros ídolos”
Así como lo dijo Eduardo Galeano en su libro “El Fútbol a Sol y Sombra” cuando se refería a los ídolos del fútbol, para mi “El Señor Gol” es una representación de lo que allí expresa el escritor. Acá un aparte del escrito .
” El ídolo desde que aprende a caminar, sabe jugar. En sus años tempranos alegra los potreros, juega que te juega en los andurriales de los suburbios hasta que cae la noche y ya no se ve la pelota, y en sus años mozos vuela y hace volar en los estadios. Sus artes malabares convocan multitudes, domingo tras domingo, de victoria en victoria, de ovación en ovación. La pelota lo busca, lo reconoce, lo necesita. En el pecho de su pie, ella descansa y se hamaca. Él le saca lustre y la hace hablar, y en esa charla de dos conversan millones de mudos.
Los nadie, los condenados a ser por siempre nadie, pueden sentirse alguien por un rato, por obra y gracia de esos pases devueltos al toque, esas gambetas que dibujan zetas en el césped, esos golazos de taquito o de chilena: cuando juega él, el cuadro tiene doce jugadores. -¿Doce? ¡Quince tiene! ¡Veinte!? . La pelota ríe radiante en el aire. Él baja, la duerme, la piropea, la baila, y viendo esas cosas jamás vistas sus adoradores sienten piedad por sus nietos aún no nacidos, que no las verán.”
Ahí veo yo a nuestro ídolo, a nuestro Víctor Hugo Aristizábal, así con este pequeño escrito, quiero rendirle un pequeño homenaje en su cumpleaños a uno de mis goleadores preferidos, a uno de mis ídolos, no por un rato sino por siempre, “ARISTIGOL”.
Escrito por @Monikhin
fotocortesia: goal.com