El fútbol es un deporte de lucha permanente, por la pelota y los espacios. Y al final del camino, no gana quien posea más la primera, ni el que maneje mejor los segundos. Gana la única verdad : el balón en la red. Con esa reflexión, seguramente regresaron a sus hogares los 30876 clientes del Atanasio Girardot, en su mayoría rojos, que asistieron a un partido sin tregua de lado y lado, con varias emociones en los arcos y con un resultado que sigue inclinando la balanza de los últimos tiempos a favor del verde.
Medellín propuso más en zona ajena, especialmente del minuto 45 al 75, pero la eficacia estuvo de parte del ganador, que controló el juego del último cuarto de hora y ganó gracias a ANDRÉS ‘’MANGA’’ ESCOBAR, quien fue el factor desequilibrante, para el pase gol a LUIS CARLOS RUIZ, marcado a los 76’. Un parpadeo rojo en zona de contención y en defensa y el ‘’as’’ del rey de copas, hizo que brotaran los pétalos de la flor. En la portería enemiga, la de Armani, quedó un ramillete de oportunidades desperdiciadas, que hicieron masticar bronca a los dirigidos por Hernán Torres. Por eso se afirma que ‘’ los partidos no se merecen…se ganan’’.
El primer tiempo fue parejo en llegadas y en planteamientos. La batalla se dió en el medio, con mucho volante, demasiado enredo y poco juego a las bandas en búsqueda de profundidad y apertura de las zagas enemigas. De allí las pocas apariciones en las áreas, provenientes más del empuje que de la inspiración. ( Sólo Alcatraz intentó por la derecha). Goma buscó salida limpia desde su zona para conectar con Marrugo y Caicedo, mientras en la vecindad hubo poca creación. Zeballos es más importante jugando retrasado, que como hombre de media punta ( así lo demostró en el partido contra Las Águilas, cuando hizo una buena sociedad con Guerra). Escasos de talentos, los equipos no pasaron del 0-0.
En el segundo acto, Medellín tomó las riendas del partido obligando a recular a Nacional. En la primera media hora el verde sólo tuvo un remate desviado de Murillo. De resto, todo el trabajo fue responsabilidad de Armani ( le sacó un disparo del ángulo a Marrugo y voló a otro remate de Pérez) y sus guardaespaldas . Farid y Bocanegra rechazaron balones desde la raya de gol. Goma estrelló un disparo en el horizontal. Y Caicedo erró dos envíos dentro de los 16.50. Medellín atacó como una locomotora, pero no concretó. Y a Nacional no le importó defenderse con dientes y uñas, siempre y cuando mantuviera el arco virgen, como lo conservó hasta el final. En la fase de ataque, no era vertical, ni combinativo, pero el cero era el objetivo
A 14’ del final llegó el gol decisivo. A partir de allí al DIM se le acabó la gasolina y tuvo que remar río arriba. Nacional se defendió con la pelota y estuvo cerca de que Ruiz repitiera el festejo. Tuvo todo el control del partido y cada arranque de Manga, invitaba a la tribuna a rezar un padrenuestro. Uno había hecho el gasto y el otro tuvo la celebración.
Medellín terminó extenuado y triste. Y Nacional, que resolvió en la individualidad (con el as de Manga) lo que no vislumbraba en lo colectivo, volvió a sonreír, como lo ha hecho en 5 de los últimos 7 clásicos.
‘’ Los partidos no se merecen…se ganan’’.
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.