Acordate Moralito de aquel día en el Atanasio, tiro libre a favor de Atlético Nacional, Hugo Morales al cobro y el arquero del rojo que se lanza pero no puede llegar nunca, Moralito que emprende carrera a gritarlo con la tribuna. ¡GOLAZOOOO!
Así eran los goles de Hugo Morales, golazos que erizaban la piel del hincha, cuando se paraba frente al balón para cobrar un tiro libre, todos alistaban la garganta para gritar el gol, pero Huguito no era solamente cobrador de tiros libres, también era un excelente jugador de fútbol, de esos que el ojo del hincha extraña en la actualidad, gambeteador en corto, capaz de dejar contrarios regados en una baldosa, de aquellos que colocan el pase preciso para que el delantero sólo tenga que anotar, de esos jugadores que tienen la magia en sus pies, así era Hugo Morales.
Sólo dos años le bastaron al argentino, para quedarse en el corazón del hincha verdolaga, en el recuerdo quedaron tardes inolvidables de magia pura, la misma que el 8 de Nacional regalaba a los asistentes al templo sagrado del fútbol en Antioquia, Hugo Morales sabía interpretar lo que es el fútbol, era un artista de mucha clase, no pateaba la pelota , la acariciaba y esta agradecida cumplía sus mandatos, igual se incrustaba en un ángulo imposible para el arquero o se resbalaba dócilmente a los pies de un compañero.
Dentro de poco volveremos a ver a Hugo Morales en el Atanasio, lástima que ya no sea vestido de cortos y exhibiendo su magia, pero el recuerdo de su paso por el equipo más grande de Colombia, permanecerá en la hinchada, el homenaje que le tributará el equipo en el día del hincha, será la oportunidad para agradecerle tantas alegrías, con el mejor premio que puede recibir un artista: Un aplauso.
¡Gracias Moralito!