Bastaron cuarenta y cinco minutos de juego equilibrado y armonioso, de ataques asociados y feroces, de decenas de caricias a la pelota, cierre de espacios atrás y apertura de los mismos arriba, buena urdimbre en los pases, movimiento constante para seguir con el toque y la progresión y cuatro remates fulminantes de JEFFERSON DUQUE (8’), JIMMY CHARÁ (17’) y MARLONS MORENO (38’ y 40’), para que Nacional le doblara las rodillas a Junior y asegurara su pase a cuartos de final del campeonato colombiano. Una jornada memorable, en la que sobró el segundo período.
Desde el comienzo el vencedor circuló rápido el cuero y cambió permanentemente su orientación, para abrir huecos en el doble cuatro del Junior. Apretó fuerte en el medio, para obligar al error del local y le conectó cuatro mazazos, de los cuales no se pudo reponer la gente barranquillera.
El Junior se vio muy estirado por momentos y sus intentos de presión fallaron, porque no conllevaron algo que es fundamental : el doblaje sobre el poseedor de la pelota y la simultánea colocación de guardias, en las líneas de posible recepción del rival. Total : Junior no pudo recuperar el balón en buenos términos y acabó ahogado en el tsunami que le planteó Nacional.
Chará arrancó a toda mecha en las transiciones ofensivas, jugó e hizo jugar ; Guerra fue su socio en las paredes internas ; Marlon los acompañó con un garrote en la mano y Jefferson se movió en todas las direcciones. Junior fue arrollado y nunca más se levantó, pese a que subió sus líneas en el segundo tiempo, porque se encontró con un bloque verdolaga bien armado y seguro, que apenas le permitió tres disparos de lejos, engatilladlos por Vladimir, Barrera y Valoyes.
El arquero Viera se salvó al comienzo de dos incursiones muy peligrosas de Jefferson y Guerra y una de Berrío, en el último minuto del partido. El asunto, es que Junior no pudo entrar en combustión….mientras que Nacional fue explosivo en zona enemiga.
Junior no tuvo presencia en la zona de lanzamientos, ni llegadas en el primer acto, mientras que su oponente se destacó por los tejidos con la pelota.
Entre Sebastián y Arias, con la ayuda de Chará y Marlon, hubo apropiación de la zona intermedia, nublando el paso de Vladimir, Aguirre y los delanteros ( Pérez y Toloza primero y Obelar desde los 35’).
Atrás en Alcatraz, Murillo, Henríquez y Farid, hubo ingenio para anticipar siempre y salir con pelota limpia hacia las líneas de vanguardia. Los pupilos de Reinaldo se hicieron sólidos en los primeros metros, rápidos en la zona intermedia y letales arriba.
Junior quiso ser rebelde, pero no dispuso de la pelota por apresurado e impreciso, amén de que sus líneas se descosieron, ante la autoridad de Nacional, que fue ganador del cuero y los espacios, lo que reflejó de manera fehaciente en las áreas.
Nacional pasó del fútbol vistoso y eficiente del primer acto, a utilizar el freno de mano en los 45’ restantes. Dio la impresión de no querer amargarle más la vida a Junior, porque solamente manejó el resultado y no atacó más. Junior por orgullo quiso recortar distancias, pero estuvo impotente para abrir vías hacia Armani.
Fue el clásico ‘’quiero pero no puedo, porque no me dejan’’ y por eso sus delanteros se dieron como desaparecidos en combate.
Al final había paisajes contrastantes en los dos arcos. Mientras Viera rumiaba en silencio su triste noche, Armani su colega del frente, celebraba con el resto del plantel ganador, la llegada a la siguiente ronda del campeonato.
Y los hinchas del ‘’rey de copas’’ ( que ésta noche se vistió de color aguamarina), saborearon como pocas veces el inefable sabor de cuatro golosinas.
¿No les parece?
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.