FOTOS: CORTESÍA DIMAYOR.
Por: Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional empató 1-1 con Junior de Barranquilla en condición de visitante. Por cómo se dio el partido, el empate es un resultado muy valioso y apreciable para el conjunto verde.
Partiendo de lo objetivo y dejando el fanatismo de lado, hay que reconocer que Junior fue inmensamente superior a Nacional, sobre todo en el primer tiempo. El equipo Tiburón asfixió a Nacional en todas las zonas del campo y el equipo verde se vio espeso, lodoso y, por momentos, torpe. A Nacional le costó mucho esfuerzo poder hilar secuencias de pase prolongadas y, aunque debatible, esa incomodidad futbolística fue generada por el buen partido del rival.
Ahora, dentro del análisis subjetivo, considero que los jugadores de Nacional no tienen un bache en su nivel. Toda la hinchada ha declarado que, a raíz de los resultados recientes, los jugadores parecen relajados y poco ambiciosos. Es sentencia popular decir que esta plantilla no esta peleando el campeonato con hambre y que su nivel decayó. Mi opinión no va por ahí. De verdad creo que los jugadores tienen compromiso y ganas de campeonato, pero el cuerpo técnico no está brindando las herramientas necesarias para facilitar y propender por un rendimiento alto y sostenido.
Irónico es que Hernán Darío Herrera haya llegado a Nacional como DT interino y que nos haya regalado el mejor fútbol desde la era Rueda. Fue una sorpresa para todos y logró sembrar una ilusión enorme en la hinchada. Lo novedoso de su planteamiento (un mediocentro defensivo y dos volantes ofensivos) sorprendió a propios y extraños, pero como en la vida, lo novedoso se vuelve paisaje. A Nacional empezaron a identificarlo los rivales y aprendieron cómo neutralizarlo. En conclusión, el real problema es que Nacional no logra ser sorprenderte de nuevo. Se ha vuelto previsible (una vez más) y abusa de sus armas. Sus pocas armas.
El fútbol es dinámica de lo impensado, el fútbol es inventiva e improvisación. Hablo desde la perspectiva del talento, por supuesto. Lo jugadores entran al campo y resuelven de acuerdo a sus capacidades, a sus habilidades físicas y mentales, pero Nacional se siente robótico.
Claro que debe haber planificación y dirección técnico-táctica, pero no debe cohibir el talento y Nacional se ve cohibido por momentos. Nacional se ve apegado en demasía a una idea y, lo realmente preocupante, es que la idea es simple.
Al final, y después de presenciar el partido de anoche, Nacional sacó un empate de Barranquilla logrado con virilidad, competitividad y hombría. Es esto lo que lleva a concluir que el compromiso del plantel es sólido y que solo basta una mejor dirección técnica para lograr esa estrella 17 que tanto se anhela.