FOTOS: CORTESÍA DIMAYOR.
Por: Juan Felipe Velásquez.
Perder ante Tolima se ha vuelto paisaje para Nacional. El Verde volvió a caer en su estadio ante los Pijaos que se llevaron los 3 puntos y también la tranquilidad de la hinchada.
Después del partido ante Millonarios expresé que Nacional siempre estuvo en dominio del juego. El conjunto capitalino tuvo siempre el balón, pero nunca sometió a Nacional. Por el contrario, siempre fue el equipo verde que, desde la seguridad defensiva, manejaba a su antojo el partido. Pues bien, de ayer puedo decir lo mismo que dije post Millonarios, solo que esta vez el claro dominador fue Tolima. Nacional tuvo el balón, tuvo ímpetu, tuvo movilidad, pero nunca se percibió un claro dominio del juego. Tolima sabía que su estrategia iba a funcional eventualmente y fue ordenado y paciente.
Yo no sé cuántos años más nos vamos a engañar con que el fútbol colombiano es de toque, de pases, de gambeta, de volantes creativos que la ponen donde quieren. Es una falacia. Es fútbol colombiano es de esperar en bloque medio-bajo al rival y contragolpear con delanteros veloces. Esa es nuestra identidad, nuestro ADN y lo que practican 30 de los 36 equipos del fútbol profesional.
Ahora, me resulta redundante volver a cuestionar los cambios del profe Restrepo. El sacar a Mantilla tiene una explicación lógica, pero inoportuna. Evidentemente el cambio estaba planificado con un escenario distinto. Tengo la convicción de que en un partido empatado a 0, el cambio de Daniel Mantilla para buscar más juego y carril interno era buena idea, pero el contexto cambió rápidamente y Nacional se encontró con un marcador adverso y un rival que, con plena seguridad, iba a cerrar, justamente, los espacios por dentro. Había que anchar ese sistema defensivo con jugadores de banda y no, como se hizo, con sobrepoblación en el medio.