Por: Juan Felipe Velásquez.
Luego de 49 tortuosos días sin ganar, Atlético Nacional regresó a la victoria ante Pasto en un partido que, más allá de lo pragmático del planteamiento, dejó un par de conclusiones evidentes.
Lo primero es el fútbol y el Nacional de Repetto apeló a lo simple. Sin grandes jugadas o combinaciones espectaculares, el verde se reduce en la versión más clásica del fútbol al defenderse con bloque medio, una doble línea de 4 y un ataque funcional que intentar combinar pases en zona 2 para poder gestar sus arremetidas desde la dinámica. Es un Nacional que no se adorna y se basa en el pragmatismo para ganar, que, dada la situación actual, es lo necesario.
Hay que reconocer que Nacional solo tiene en mente ganar y sin reparar mucho en el cómo, pues entendiendo que necesita ganar casi todos los partidos que resta de esta fase, el equipo necesita obviar el fútbol bonito y ser efectivo.
Es una etapa del club que no parece tener fin, pues en su momento, hablábamos lo mismo de aquel Nacional que estaba sediento de un título de liga. En aquel momento, la urgencia era ganar una estrella y dejamos el fútbol de lado. Entonces, podemos concluir que Atlético Nacional vive con una urgencia constante producto de las malas decisiones administrativas que han llevado a los protagonistas del juego a preocuparse por el fin y no los medios para llegar al fin.
Siendo enfáticos y radicales, en Nacional es importante también las formas, pero en este abismo interminable de malos resultados, nos toca echarnos a la pena y aceptar que, hoy día, no importa la muestra futbolística sino el resultado en el marcador.
Habiendo aceptado esa premisa, el DT uruguayo, Pablo Repetto, viene gestionando su era con formas de jugar simples, pero válidas. A mi, personalmente, me sigue incomodando el fútbol que muestra el equipo en cancha, pero todos sabemos que el resultado manda y Nacional ganó ayer.
Luego del trago amargo, hay detalles positivos por rescatar en este Nacional. Desde lo futbolístico, la consolidación de Arias-Aguirre como pareja de centrales es una noticia muy buena, pues para nadie es un secreto que nos ha costado consolidar una defensa que exhiba seguridad; parece que, por fin, el verde dio en el clave y ha encontrado en dos canteranos el candado que el sistema defensivo necesita con urgencia.
La titularidad de Óscar Perea, la joya de la cantera verdolaga, es otra genial noticia porque todos lo reconocemos como un jugador con unas capacidades individuales dignas del fútbol europeo. Que el chico sea titular indiscutible es el objetivo y parece que cada vez mas nos acercamos a ello.
La aparición de Emilio Aristizabal como solución al tosco ataque nacionalista. Pues hay que mencionar que, pese a que el verde cuenta con dos delanteros de renombre, son también jugadores que carecen de un presente rescatable y Emilio, con buenas asociaciones, juego de espaldas, presión alta y criterio para decidir, ha emergido como una opción real para encarar las finales que quedan. El hijo del mítico goleador, Víctor Aristizabal, apenas despunta y suma pocos minutos como profesional, pero cuanto amor por la camiseta en todas sus intervenciones. Con despacio, con más horas de vuelo, con respaldo del club y trabajo fuerte, me atrevo a decir que estamos ante una nueva estrella y un digno heredero del trono que dejó su padre.
Resta ahora sumar la mayor cantidad de puntos posibles y entendiendo que Nacional tiene como rivales próximo a Jaguares, Envigado y Fortaleza, la historia y la posición en la tabla demandan 3 victorias, sin cuestionamientos ni excusas, para sumar 12 puntos de 12 posibles, contando, por supuesto, la más reciente victoria en la noche de ayer ante Pasto.