Por: Juan Felipe Velásquez.
Listo. Eliminación consumada. Aún con el pesimismo que reinaba entre los hinchas de Atlético Nacional, todos creíamos casi imposible quedarnos por fuera de los 8 clasificados a la liguilla final. Golpe duro para todos. Amargo final de año para la hinchada que más acompaña. Tocará esperar tres meses para volver a ver a Nacional.
Me resulta bastante incómodo el tratar de digerir esta eliminación. No nos mintamos, es la liga más mediocre de los últimos años. Ningún equipo se perfila como un verdadero candidato, de hecho, la irregularidad reina entre todos los participantes. En ese contexto, Nacional fue igual o peor, futbolísticamente hablando. Inaudito que en un torneo lleno de mediocridad, Nacional no haga lo suficiente para ser, al menos, octavo. Con esta conclusión me quedo yo, pues resume muy bien el panorama deportivo y dirigencial del equipo.
Un 2022 lleno de mal fútbol, mal juego, decisiones administrativas erradas y cuerpos técnicos nublados. En todo caso, lo único que puede rescatarse es la hinchada. Nacional jamás estuvo solo y siempre contó con el empuje de su gente. A ellos, a los hinchas, los únicos que se salvan de esta vorágine de mediocridad, un aplauso enorme. Cumplieron con creces.
A veces me entra un poco de alivio el saber que Autuori tendrá 3 meses completos para trabajar su idea. Quizás el tiempo sea el mejor aliado de Nacional. Quizás estas semanas ayuden a que los directivos armen una plantilla realmente competitiva para pelear por todo lo que se avecina en el 2023. Es Nacional, es una obligación ser protagonista. Nadie espera menos que eso.
Y ojo, porque ser protagonista no significa ganarlo todo, básicamente porque no existe ningún equipo en el mundo que sea tan hegemónico como para no perder nunca. Ser protagonista significa ser propositivo y tener la fortaleza mental que conlleva el hecho de estar obligados a llevar el peso del partido. Si, estimado lector, eso es ADN verdolaga. Fue de eso en lo que el equipo adoleció todo el año.
Que difícil tarea ha sido desglosar el rendimiento táctico de Nacional, pues la propuesta era prácticamente nula. Yo no cuestiono la profesionalidad de los DTs que han dirigido al verde, pero su idea, sus principios y sub principios jamás fueron compatibles con la institución. Que venga un allá 2023 con suficientes visos futbolísticos interesantes para que, tanto ustedes como yo, disfrutemos de ver y analizar al equipo.
En Nacional hay tantas cosas que se hacen mal que, para ser honestos, será difícil que todo se corrija en 3 meses, pero las bases y fundamentos pueden alcanzarse, pueden construirse y cimentarse. Solo así podremos dejar de esperar que un jugador (llámese como se llame) sea el encargado de clasificar un equipo que solo da tumbos y que no muestra nada en el campo. Honestamente, para un equipo serio y de rendimiento correcto, el partido de ayer hubiese sobrado. El resultado tendría que haber pasado a segundo plano y llegar clasificados desde la fecha anterior. Evidentemente, Nacional no fue un equipo serio y ahora toca asumir las consecuencias.