FOTOS: CORTESÍA DIMAYOR
Por: Juan Felipe Velásquez.
Contundente victoria por 3 a 1 del cuadro antioqueño ante su similar de Barranquilla. En un partido extraño por el desarrollo del mismo, Nacional ajusta su primera victoria del semestre y ante 30.000 hinchas mostró una mejor versión de su fútbol.
Colectivamente hablando, El Verde no fue espectacular, pero gustó. Objetivamente, el partido puede dividirse en 3 tramos de dominio compartido. Los primeros 30 minutos vimos un partido cerrado, de dos equipos que intentaron expresar su fútbol con el balón, pero que ninguno lograba encontrar la claridad necesaria partiendo de la posesión. Pocas opciones, pocas jugadas combinativas y mucho vértigo en ambos conjuntos. Cabe reflexionar si el FPC realmente tiene como pilar fundamental el fútbol de posesión, pues aunque hay varios equipos que intentan ejecutarlo, la mayoría de los goles en nuestro fútbol radican en los contraataques.
A partir del minuto 30 Nacional logró dominar a su rival desde la genialidad individual ofensiva y el sacrificio colectivo en defensa. No es ideal, todos quisiéramos ver un equipo que es equipo en ambas fases del juego, pero tampoco es despreciable, por el contrario, muy valorable la solidez defensiva que se mostró. Clarísimas opciones tuvo el conjunto verde en los pies de Jarlan y Mantilla, dos de los destacados de anoche. A propósito de solidez defensiva, para aplaudir y resaltar la labor de Felipe Aguilar y Alex Mejía; que orden, que entrega, que nivel de concentración, bárbaro. En ellos dos se fundamenta el cerrojo que logró Nacional en este tramo del partido que duró hasta el minuto 60.
A partir de allí y hasta el final del partido, Junior fue dueño del balón, pero nunca dominó a Nacional. Los 30 minutos finales fueron de falsas sensaciones, pues aunque el equipo de Barranquilla se hizo a la pelota, jamás encontró fútbol suficiente para acercarse al empate. El gol de Fernando Uribe es un oasis en medio del desierto creativo de Junior. Nacional no planeó perder el balón, pero al frente había un equipo con calidad individual que le quitó el útil, pero jamás lo arrumó a su arco.
Personalmente, me agrada mucho que Nacional haya recuperado velocidad, explosión y sacrificio por las bandas. Daniel Mantilla muestra ganas, fútbol, gambeta y compromiso. En complicidad con Jarlan, supo sacar el máximo provecho de su velocidad para encontrar espacios a la espalda de la defensa contraria y así, por fin, hacer de Nacional un equipo que realmente es profundo por carriles externos. Se extrañaba.
También se extrañaba el orden y la intensidad que impone Alex Mejía, El Capo. Es el cerebro táctico dentro del campo. Organiza a sus compañeros con enorme calidad y lectura de juego. El equipo se siente más intenso, recupera el balón con más ambición, pero también se compromete con la idea y el ADN para salir siempre con balón al piso y acciones de juego colectivas. Es cierto que las posesiones largas de Nacional no son en la zona más ideal, pero si se notan mucho más fluidas y con el pasar de los partidos, se verán en zonas más álgidas y claves.