FOTOS: Camila Ortega T.
Por: Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional cayó derrotado por 2-0 ante Once Caldas en su cuarto partido oficial del segundo semestre de la liga BetPlay 2024. La racha de victorias consecutivas, que había generado expectativas, se detuvo en nueve puntos de nueve posibles. Ahora, el equipo suma su primera derrota, y lo que resulta más preocupante que el resultado es el desempeño en el campo.
El verde tuvo una presentación muy opaca, lo cual era previsible dado el pobre juego ofensivo que se mostró en el estadio Palogrande de Manizales. Aunque el equipo venía de tres victorias consecutivas, ya habíamos discutido sobre la falta de brillo y fluidez en el juego de Nacional, especialmente en el ataque. Contra Alianza, logramos traer los tres puntos gracias a la jerarquía y la increíble calidad técnica de Edwin Cardona. Ante America, fuimos superados, pero el empuje de la hinchada y la actitud correcta del equipo nos permitió revertir un 1-0 en contra en el Atanasio Girardot. Frente a Millonarios, incluso jugando con un hombre más durante 70 minutos, fuimos superados durante gran parte del partido, y al final logramos la victoria gracias, una vez más, a la impresionante calidad de nuestros refuerzos.
Con este panorama, se esperaba que Nacional comenzara a evolucionar en su juego y mostrara mejores formas futbolísticas, porque en esta institución no se trata únicamente de ganar, sino también de jugar bien. Lo hemos dicho infinidad de veces en esta editorial y en este portal: al hincha verdolaga se le caracteriza por disfrutar de las victorias y del buen fútbol. Ese buen fútbol que aún no aparece y que desde ahora comenzamos a exigir todos los hinchas verdolagas.
Quiero dejar clara mi posición personal: estoy absolutamente convencido de que el camino que se está recorriendo es positivo y el indicado. Nadie me baja, por ahora, del barco del profesor uruguayo Pablo Repetto; voy a muerte con él. Ni hablar del proceso deportivo y administrativo que cumple cabalmente el nuevo presidente Sebastián Arango, y de la buena disposición de la familia Ardila Lule para retomar la senda ganadora que nos ha hecho gloriosos durante muchos años. En este camino, el principal ingrediente es la comunión entre la hinchada, los dueños, las directivas, el cuerpo técnico y los jugadores.
Esta editorial no pretende echarle agua sucia a nadie, pero es cierto que necesitamos darnos cuenta de que el equipo necesita y merece jugar mejor al fútbol, por el paladar exigente de la hinchada y la alta inversión en refuerzos que se ha hecho.
Sí, es cierto, hay que considerar muchos factores: se incorporaron 11 nuevos jugadores, venimos de una presidencia absolutamente pobre y desgastante mentalmente, y Sebastián Arango apenas lleva tres o cuatro meses al frente de este proyecto deportivo, al igual que Gustavo Fermani. Todos estos factores seguramente están influyendo en que el equipo no sea suelto, dinámico y con una expresión futbolística favorable en el campo. Está bien, entendemos las circunstancias y seguramente el buen fútbol llegará pronto, pero debemos ser claros: el buen fútbol debe llegar sí o sí.Con buena onda y en ánimo de mejorar más que de criticar destructivamente, es justo decir que el equipo no ha mostrado mucho juego colectivo en estas cuatro primeras fechas. Ha logrado sacar resultados gracias al empuje, la habilidad, la jerarquía de sus jugadores y los destellos individuales de Edwin Cardona y otros futbolistas.
Con el apoyo de la hinchada y el constante e incansable trabajo de directivos y cuerpo técnico, este equipo va a mejorar en su fútbol, y ese es el deseo de todos. Volveremos también significa que, además de recuperar la grandeza perdida por la administración anterior, el equipo volverá a ser hegemónico en el fútbol colombiano, tanto por la cantidad de títulos que ganará en el futuro próximo como por la exquisita expresión futbolística que siempre nos ha caracterizado.
