Nacional recorrió diferentes caminos en Palmaseca. En el primer tiempo tuvo con Chará, la llegada al área más punzante. Entre los minutos 46’ y 52’ rezó todo su repertorio de oraciones, cuando Cali se convirtió en un vendaval con 4 opciones claras de gol a través de Balanta, Mojica, Roa y Borré. En el último suspiro, pudo ganar, de no haber cobrado mal Jéfferson una pena máxima (dudosa) sancionada por el árbitro Lamoroux. Y en resumidas cuentas su empate de visitante vale un potosí.
Se enfrentaron dos estilos diferentes : el local con fútbol combinativo, movilidad permanente para asegurar la posesión de la pelota, y circulación con pases al pié. El visitante con un fútbol más directo que pretendía arribos al área rival muy verticales y entregas al espacio. Nacional con defensas retrasados a la altura de los 16.50 metros, estrechó la zona de vigilancia defensiva, lo que no le dio oportunidad a las liebres vallunas de desarrollar su velocidad en el sector de remates. Es decir, Cali dominó el balón, pero no fue profundo ni claro a la hora del disparo, puesto que intentó acciones por las orillas, pero todo terminó en balones elevados de Mojica y Lucumí hacia el arco de Armani, que fueron controlados por el argentino y sus ayudantes Murillo y Henríquez.
En el primer tiempo la única acción de riesgo, fue la que ya citamos de Chará. En ese período Nacional tuvo más vértigo que elaboración y su oponente más esfuerzo que claridad. Macnelli se encargó de la filtración de los pases en un lado del terreno y el colectivo enemigo de ganar los rebotes ofensivos, para dar la batalla una y otra vez, sin ninguna recompensa. Segmento de arcos cerrados, pero de buenas intenciones atacantes, en un trámite intenso y vibrante. A los azucareros les faltó más juego interior en ésta vespertina de repetidos combates y poca eficacia.
Comenzando el segundo acto, los caleños hicieron tambalear a los defensores montañeros. Sin embargo los hombres de Rueda se fueron asentando, pero en la zona de finalización de jugadas, estuvieron erráticos ( Jéfferson a los 64’ y 65’, Berrío a los 84’’ y otra vez Jéfferson a los 89’ cuando desde el punto penal, envió la pelota al cuerpo de Hernández, quien se quedó quieto en la mitad del arco).
Cali tuvo más velocidad en el juego, mezcló esfuerzo con presión y tenencia del cuero y fue más reiterativo en su propuesta de invasiones al terreno de Nacional, en un partido de mucha exigencia física. Los pupilos del Pecoso sufrieron más de la cuenta, cuando Jéfferson en el último suspiro de la batalla, tuvo a su equipo a 11 metros de la felicidad.
Entre un equipo joven y juguetón y otro maduro y práctico, no se pudo inclinar la balanza. El partido de vuelta espera con todo un caudal de emociones y y más de 40.000 corazones al galope.
No les parece ???
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.