Todo fue angustia. Desde el comienzo, hasta el penal de JAMES, que en un principio rechazó el arquero Lampe y en el que el capitán tuvo que recurrir a un segundo disparo, gracias a que acompañó la acción hasta la culminación. Pasaron 83 minutos, para ese 1-0, con un país de gargantas cerradas, ante la posibilidad de que se escurriera la clasificación al Mundial.
Colombia que tuvo una posesión superior de la pelota (70% en el partido), adelantó su defensa a la mitad de la cancha y desplegó líneas, hasta faltando 25 metros. Se adueñó del balón, pero no le permitieron zonas de remate, donde se vieran libres sus atacantes. Con el movimiento hacia atrás de Morales y Sagredo por los costados y Bejarano por el eje central, se veían constantemente 6 y 7 zagueros, aparte de los mediocampistas, cuando los nuestros intentaban abrir el juego, por las bandas.
El problema para anotar, estuvo en que Bolivia con un sistema ultra defensivo, cavó trincheras cerca a su arquero y escalonó como mínimo a 4 defensas y 5 volantes en espacios muy reducidos. La tricolor no tenía fórmulas , para rasgar ese bloque monolítico, porque le fue imposible jugar entre líneas y desbordar por los costados, para hacer pases que llegaran al área, abriéndose, que son los que más complican a una retaguardia.
No obstante hubo aproximaciones de Muriel, Matheus, James, Cuadrado y Macnelly, incluyendo en ellas dos lanzamientos que se estrellaron en los palos y actuaciones sobresalientes del arquero visitante. A Bolivia no le interesó la pelota, que reventó a cualquier parte… y cuando salió a la aventura, terminó con contragolpes anémicos. Hubo además rendimientos individuales bajos: casos James (salvó su noche con el penál, pero no estuvo fino en la entrega del balón) , Matheus , Macnelly, Quiñonez y Bacca.
Por pasajes Péckerman equivocó los caminos, hacia ese sector sembrado de minas. Por ej.: comenzó con Cuadrado de lateral (siendo un jugador más influyente en el último cuarto de cancha y creador de la falta para la pena máxima de Coímbra). A Quiñonez lo envió a moverse por la derecha y solo mejoró un poquito, cuando se asoció con Armero. Fue una lástima que perdiera a Muriel, su atacante de mayor filo, a los 30 minutos. Apenas al final, el DT arriesgó al máximo al pasar a un escalonamiento de 3 defensores, 4 volantes (los creativos Macnelly, James y Edwin, con la compañía de Armero por la izquierda) y 3 puntas de lanza que fueron Cuadrado, Duván y Quiñonez. 3-4-3.
No es que Colombia, no quisiera jugar bien, para hacer goles. Es que Bolivia no lo dejó jugar, en un gran ejercicio de aguantar atrás con muchas piernas firmes, que aportaron orden, disciplina y concentración.
Ganó nuestra selección, porque fue la única que se mostró ambiciosa e intentó quebrar al enemigo, avanzando por todo el frente de ataque. El resultado fue agónico y apretado, pero al menos sirvió para maquillar otra jornada en la que Colombia, mostró más sudor que fútbol.
Esperemos que contra Ecuador, el equipo nacional, encuentre más espacios de maniobra y obtenga tres puntos más.
Si así pasa…celebraremos todos, con el corazón al viento.
No les parece???
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.