FOTOS :CORTESÍA DIMAYOR.
Por: Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional se trajo tres puntos de su visita a Pasto. El equipo gana, pero sigue sin gustar. Alejandro Restrepo ajusta 8 meses al frente del equipo y, a excepción de los primeros dos meses, el fútbol que muestra el verdolaga aún no gusta.
Los resultados no lo son todo en el fútbol. Son muy importantes, quizás lo más importante, pero no lo único. Atlético Nacional le ganó por 1-0 al equipo de Pasto, pero la hinchada sigue inconforme. No es difícil desglosar a Nacional tácticamente hablando. Desde hace ya muchos partidos el equipo se tornó repetitivo en su estrategia, un bucle eterno de insistir en una idea, una única idea.
Podría escribir este párrafo una y otra vez: 4-2-3-1 como formación inicial, dos laterales que van y vienen pegados a la raya; dos pivotes que se reparten las funciones de uno mixto y uno más defensivo; 3 volantes ofensivos, un extremo, un falso extremo y un enlace jugando en carril centra; finalmente, un centro delantero de área. Ya está. Hemos desglosado a Nacional. El equipo puede variar comportamientos puntuales dependiendo de quienes ocupen los roles, pero estas variaciones son mínimas. Tan mínimas que no inciden en el macro desarrollo del equipo. Las únicas veces que Nacional varía su esquema es cuando se ve abajo del marcador y debe hacerlo por necesidad y no por convicción.
Del partido de ayer hay poco para destacar. Kevin Mier sigue en proceso de consolidación con buenas actuaciones, Felipe Aguilar es el jugador más influyente e importante del equipo. Alex Mejía es el patrón que el medio campo de Nacional necesitaba para hacerse intenso y Daniel Mantilla es puro corazón y sacrificio. Lo que aquí destaco no se reduce al partido de ayer sino a la totalidad de lo corrido en el semestre. Lo curioso (o alarmante) es que solo encuentro rendimientos defensivos para destacar y en ofensiva es poquísimo lo que puedo hoy resaltar. Quizás la velocidad de Mantilla y la claridad con que Álvaro Ángulo interpreta los momentos para atacar desde su posición de lateral, pero no es mucho más.
Atlético Nacional cae constantemente en la desesperación y nada su estrategia en llevar el balón hasta las bandas, donde encuentra a sus laterales abiertos y tirar centros. Los servicios de centro desde la banda son exagerados en sus intentos. Nacional se preocupa en llenar el área cuando el balón alcanza cierta altura (tercio ofensivo) y los volantes solo esperan que los laterales los encuentren con un buen servicio. Es problemático por muchas razones, primero porque Nacional no cuenta con jugadores precisos en ese menester, segundo porque la estrategia es fácilmente descifrable y anulable, y, finalmente, porque no es el fútbol que la gente quiere, que el hincha disfruta.
Siempre invito a la gente a creer y apoyar, pero llevo 8 meses rebuscando maneras de analizar a un Nacional plano e insulso. No es un mal equipo, pero tampoco es bueno. Nacional seguirá ganando partidos gracias a su poderosa nómina colmada de estrellas, pero en los momentos para los momentos definitivos me queda la duda de si podrá superarlos.