“LA COLUMNA DEL POTE”
Por: Andrés ‘Pote’ Ríos
Sin ser un dato fidedigno, pero a ojo de “buen cubero”, el 95 % de los goles o jugadas que usted ve entre los años 1985 y mediados de la década del dos mil, que están posteadas en redes y que no son de una transmisión de un canal de televisión reconocido, son grabadas desde la cámara de Beta Video Rio Caro en el estadio Atanasio Girardot.
Lo digo con asertividad por sus imágenes inéditas, el ángulo de ubicación, la zona (del centro del campo hacia sur, ahí en preferencia occidental) en donde estaba ubicada la cabina (#14) y el estilo de producción. También las muchas veces que ubicaron cámaras en zona baja y la narración inconfundible del “Paisita” Múnera Eastman. Nadie en este país tiene un registro de partidos, sobre todo de Atlético Nacional en el Atanasio, como el que construyó Beta Video Rio Claro.
Y es que Rio Claro nació como Rio Blanco y luego decidió independizarse bajo el apellido familiar Ríos y ser la video tienda más grande y popular de Medellín. Gran parte de los medellinenses tuvieron un familiar, un amigo o un conocido que alquilaba películas en sus más de doce puntos de venta distribuidos por toda la ciudad. Eran un hit y siguieron el legado de Pelbet, el pionero en alquiler de películas, y quiénes también sembraron semilla al grabar algunos partidos en el Atanasio.
Fue Sergio Ríos, que en el marco de una adolescencia como la de muchos, en la que uno no sabe qué hacer con su vida, que viajó a Bogotá y encontró en el noticiero TV Mundo, que dirigía su hermano Juan Guillermo Rios, la razón de ser de su pasión a través del mágico mundo de las cámaras, la edición, el cargar el trípode, la casetera y la producción audiovisual. Y eso lo regresó a Medellín y empezó de a poco a comprar una cámara Sony 2000 y a grabar desde la tribuna partidos de Nacional. Son las cosas que el destino pone en orden en nuestras vidas: una pasión se une con otra pasión, todo cuadra y concatena. En este caso, el gusto por la producción de video junto a la pasión por el fútbol y el ser hincha de Atlético Nacional.
Y es así como lo que empezó como un ensayo y ver cómo les iba, se convirtió en el año 1985- 1986 en el alquiler de una cabina de transmisión en el estadio Atanasio Girardot con el rótulo oficial de Rio Claro, en una alianza con el gran narrador Múnera Eastman y su grupo de trabajo en el que le
daban la señal de la producción de Rio Claro, con su sistema de repetición y de tres cámaras en vivo y desde la gramilla, y, a cambio, durante gran parte de la narración del “Paisita” se oía un tradicional: “¡Filmamos con Beta Video Rio Claro!”, y luego una mención a todos los que hacían parte del equipo de trabajo en donde el apellido Ríos era mayoría.
Y es que, hablando del equipo de trabajo, la cosa era bella. Los amigos entrañables, algunos empleados de la cadena de video que eran mensajeros, pintores, o amigos de la familia, mutaron a ser camarógrafos, asistentes o lo que fuera. Los sobrinos, los primos, los hermanos, todos terminaron en algún momento con alguna función. Yo, incluso, hice cámara y me ocupé del “replay”. También un personaje mítico, Jorge Orrego, alias “Picasso”, quién llegó un día a pintar una de las sedes de Beta Video Rio Claro, con su carisma caló, se convirtió en mensajero y al tiempo fue uno de los mejores camarógrafos que tuvo Sergio Ríos. Sin olvidar otros nombres como Óscar “El Cura” Ríos, Ricardo “Richie” Aristizábal”, Mauricio Rios, o Jaime Alberto “Beto Mi Primo” Ochoa, incluso la esposa de Sergio Rios, María Eugenia, se puso el “overol” e hizo cámara.
Sí, había empirismo, pero los guiaban, aprendían y a punta de tesón y pasión hacían un gran trabajo.
Eran otros tiempos, no había derechos de televisión, se podía grabar desde la cabina, la gramilla, incluso, llegaron muchas veces a viajar con la plantilla profesional verdolaga a otras plazas.
Al club le interesaba tener registro visual de los partidos, pero, a ellos, Rio Claro, les tocaba pagarse los gastos. Ahí se gestó un vínculo más valioso que cualquier cosa: la amistad con jugadores como René Higuita, Andrés Escobar, “Chonto” Herrera, Alexis García, entre otros.
El camarógrafo de Rio Claro, muchas veces Sergio Rios, era el “oficial” del club, era uno más de la delegación. Dormía en la habitación de muchos jugadores, le abrían, bajo el manto de la amistad y humildad, un espacio
donde jugaba cartas con ellos, reía, compartía victorias y derrotas, olía y vivía al club, y de eso hay imágenes inéditas y únicas.
Una vez a Sergio, grabando en el mítico pero rústico, estadio Romelio Martínez de Barranquilla un Junior vs Nacional, lo reconocieron como paisa en la tribuna y lo echaron a rodar escaleras abajo con trípode y cámara. Otra vez, ésta más dulce, a la salida de un hotel había un grupo de hinchas y
Andrés Escobar les dijo, señalando a Sergio Rios, que él era la nueva flamante contratación de Nacional, todos los hinchas se fueron hacia él a pedirle autógrafos y la risa de los jugadores fue grande.
Con el tiempo, la cabina en el Atanasio de Beta Video Rio Claro era un punto de encuentro, por ahí pasaron gente de la farándula, ex futbolistas, técnicos, autoridades, gente de todo tipo que veía los partidos ahí o, como también pasaba, se tomaban un guarito. Si, no es penoso decirlo, el guaro
fluyó y alegró tardes épicas de fútbol y apaciguó derrotas.
Todo creció, la señal se emitía para todas las cabinas, la Dimayor les compraba todos los partidos y se vendían también a los hinchas y, todos sabían que fijo, los partidos de Nacional, Medellín y Envigado, siempre los grababa y tenía Rio Claro.
Hoy, hay otro orden, todo pasa y todo queda, como diría Serrat, y en la casa de Sergio Rios reposan unos cuatro mil partidos en beta y VHS, todos ya digitalizados.
Son unos mil de Atlético Nacional, 800 del Medellín, 600 de Envigado y otros de equipos de la Primera B de Antioquia e incluso del fútbol aficionado.
Todo un legado, una pasión, algo extraordinario.
