Estudiantes fue el dueño de la pelota, con posesiones del 65% en el primer tiempo y 62% en el segundo. Aportó además el protagonismo y el mayor número de incursiones atacantes, pero su puntería estuvo desafinada y no tuvo continuidad en la suma de posesión y posición.
Por su parte, Nacional, abotonado en su área, pródigo en sacrificio y en rechazos, mantuvo su arco en cero, gracias a un ejercicio de cierre del espacio al oponente, a lo que agregó salidas selectivas al ataque, con un rendimiento excepcional : atacó dos veces en 90′ y encontró una mina de oro, en La Plata.
Cuando se juega al fútbol, sin los misterios de cambios posicionales que llevan a la confusión. Cuando cada quien “actúa desde el puesto” y se responsabiliza de su función y de las obligaciones. Cuando se deja de hablar de ” líneas diamantes” o ” volantes llegadores” y se desiste de trabar los números telefónicos, como el 4-1-4-1, el 3-3-1-3 el 4-2-3-1 o se acaba el descreste de la “morrogondomia guarfalafandófica” y se distribuyen los hombres, simplemente, dentro de un orden táctico, las cosas cambian. Es posible que se vivan momentos de angustia, pero también lo es, que se acaba el caos.
Recuerdan al Caldas, de Luis Fernando Montoya, campeón de Copa Libertadores ?. Así jugó Nacional en Argentina. Con diez hombres, defendiendo las trincheras y reventando balones, si era necesario. Y aprovechando el mínimo error rival, para cantar bingo. A los 36′ YULIÁN MEJÍA, disparó con la derecha, que es su pierna menos hábil. Era un balón para el arquero Navarro, pero se cruzó Shulke, cambiando la trayectoria y el guardarredes quedó con mirada de niño huérfano. El 1-0 fue inmodificable.
Nacional actuó con 4 zagueros centrales en el fondo, distribuidos a lo ancho : Nájera,Peralta, Henríquez y Murillo. Más adelante Palomino y Bernal, como filtros. Guerra y Yulián, los creativos, aportaron esfuerzos en defensa, al igual que Valencia y Ruiz. Era dable ver a 10 camisetas verdes, multiplicadas en la cueva. Del resto se encargaron los estudiantes gauchos, convirtiendo en humo, las intenciones atacantes. Les sobró sudor y les faltó imaginación en el penúltimo pase, amén de que cuando abrieron agujeros, dispararon con los guayos torcidos,
Muchos podrán argumentar que Nacional no jugó bonito, que le dio a la pelota de punta y para arriba, cuando las circunstancias lo exigieron y que atacó muy poco. Todo es cierto. Pero ante la realidad de que es nuevo líder del grupo 7 de la copa y que está a tiro de cauchera de la próxima ronda, las grandes mayorías celebran, sin reparar en detalles.