El jugador vallecaucano no la pasó bien cuando llegó al conjunto verdolaga, los insultos, la crítica despiadada y un momento complicado en su nivel, hizo que perdiera la confianza y hasta llegó muy cerca de irse. Con los ánimos renovados y nadando en aguas más tranquilas, el ‘5’ verde habló con el departamento de comunicaciones de Atlético Nacional y abrió un poco su corazón, dejó entrever el amor familiar y hasta una vocación musical que explota en sus ratos libres.
“Ha sido un desafío importante estar en Nacional, he llorado, me he incomodado, tuve ganas en algunos momentos en salir corriendo y dejar todo tirado. No fue fácil mi llegada, para algunos fue aceptada, para otros no. Pero cuento con Dios, que nos da esperanza y nos da algo positivo a la vuelta de la esquina, tenía la capacidad de demostrar mi juego, poco a poco se ha visto mi juego, para el fútbol no hay techo”, declaró Perea.
Para ese resurgir, el defensa explicó que “mi familia fue importante para cambiar esas críticas por aplausos. Sufrieron mucho, pero ellos fueron un impulso para seguir adelante. Lo he tenido todo para triunfar y siempre he tratado de brindar lo mejor. Mi hija María José me pide que haga goles, ver su felicidad hizo forjar mi carácter. De esas vicisitudes, hay que sobreponerse y seguir en la vida. Valoro cada momento, lo disfruto. Agradecido con Dios, con mis compañeros, trato de ser muy trasparente, entre más confianza, debe existir más respeto. Tenemos un gran presente y la idea es seguir escalando y dejar huella en Nacional”.
Sobre los gritos en canchas vacías que tanta fama y cariño le hicieron ganar por parte de los aficionados, Geisson comentó que “Lo más importante de esa humildad, es que hemos sido receptivos. Siempre hay ese respeto para buscar una mejoría siempre. En ese momento fue importante lo que escuchaba la gente, fue importante para mi crecimiento. Mis compañeros escuchaban cuando yo hablaba o daba una orden y eso fue lo que hizo que confiara más en mis capacidades, pudiera liderar en la parte positiva”. Concluyendo la nota, habló sobre esos gustos en el tiempo libre y el símil que hace de su familia y sus compañeros de equipo. “En mi familia somos muy salseros, cada que estamos en vacaciones nos reunimos en familia a ‘educar el oído’ y tocar los instrumentos, me gustaría saber tocar el timbal o el bongó. Todo eso sirve para que también disfrutemos en la cancha, tenemos el acompañamiento de los hinchas, vivimos cada partido como una fiesta y lo estamos disfrutando, por eso se están dando los resultados