Por: Juan Felipe Velásquez.
RIDÍCULO mayúsculo el protagonizado por Nacional en el clásico paisa. El Medellín fue infinitamente superior porque planteó mejor el partido, pero también porque Nacional es un equipo autodestructivo. El equipo verde, en cancha, no solo enfrenta a sus rivales, también juega en contra de si mismo, de su nivel y de su nula estrategia.
4-1 finalizó el primer tiempo y, siendo honestos, a pesar de haber finalizado 4-3, que no resulta tan escandalosa, la verdad es que Nacional solo pudo emparejar el partido a base de dos penaltis a favor y la expulsión de Ricaurte. Penales que eran penales y expulsión totalmente justificada, si, pero 11vs11 fue más el rojo y Nacional solo pudo competir cuando los imponderables de le dieron en empujón. Lo cierto es que con equipos completos, Nacional se vio mal, horroroso, terrorífico. Uno de los peores partidos en mucho tiempo.
Se volvió imposible venir aquí a regalarles un análisis táctico del equipo, pues táctica no hay. Cada partido es una torpeza del DT tras otra; como por ejemplo: jugar con Álvaro Angulo de central. Y es que el buen lateral ya había demostrado ante Envigado que no era buena idea hacerle jugar en esa posición, pero Herrera insistió y el equipo se llevó un baño escandaloso de fútbol.
Si, ese DT que lleva años trabajando para el club en divisiones inferiores y que a micrófono abierto declaró que no necesitaba refuerzos porque la cantera verde tenía grandiosos jugadores, no ha querido darle la oportunidad a los muchachos, de hecho, los arroja debajo de un bus en cada conferencia de prensa. Básicamente, se nos está volviendo costumbre escuchar que si Nacional juega mal es porque los canteranos no lo hicieron bien.
Brahían Palacios, Jaider Asprilla y ahora Nelson Palacio. Todos sacrificios del DT, sus asistentes y su mala planificación partido tras partido. Al final, parecen ser ellos los culpables de los 8 meses del escaso fútbol que muestra Nacional. ¿Juegas mal? Es tu culpa y que entre el siguiente a ver qué resulta.
Crónica de una muerte anunciada, por supuesto, pues todos fuimos testigos que Nacional no supera a nadie en fútbol, como si en espíritu. En el fútbol el estado de ánimo es importante, pero no lo es todo. Si tener un camerino sano y un grupo único fuera lo mas importante, entonces los psicólogos serían directores técnicos. Era evidente que, después de saciar las ganas de título, la motivación del equipo sería distinta, así que el fútbol debía aparecer para compensar el lapso de tiempo que el ser humano demora en asimilar el éxito y encontrar un nuevo reto, pero como nunca ha habido fútbol, solo huevos y garra, pues ahora el equipo se pasea por los estadios de Colombia dando tumbos en la cancha y demostrando que, a pesar de haber 3 DTs en el banco, no logran hilar 60 minutos de buen fútbol, el fútbol que le gusta a la hinchada.