El análisis de: Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional regresó a la competencia oficial tras varias semanas de ausencia en la liga colombiana. Lo llamativo, más allá de la prolongada inactividad del equipo debido al Mundial Femenino Sub-20 de la FIFA, es la cantidad de cambios radicales que las directivas implementaron en la institución durante estas casi cuatro semanas.
Pablo Repetto ya no es el director técnico de Atlético Nacional, una noticia que resonó en todo el país, no solo porque la destitución del técnico del equipo más grande de Colombia siempre genera interés nacional, sino porque el nuevo timonel Verdolaga es Efraín Juárez, un exfutbolista mexicano que nunca ha tenido su primer reto como director técnico al frente de un proyecto deportivo y, hasta ahora, solo acumula experiencia como asistente técnico.
Antes de desglosar lo que fue el partido entre Atlético Nacional y Jaguares de Córdoba en Montería, quiero deslizar mi opinión personal sobre el nombramiento del profesor Juárez como director técnico de Atlético Nacional. Comienzo diciendo que los principales responsables de esta decisión, Sebastián Arango, presidente de Atlético Nacional, y Gustavo Fermani, director deportivo, expresaron en rueda de prensa absoluta convicción sobre esta decisión, que, según ellos, fue pensada y no improvisada. Les creo. No sé si la apuesta saldrá bien o mal, pero estoy seguro de que han puesto mucha cabeza fría y planificación en la elección del nuevo técnico de Nacional.
Ahora bien, desde esta columna editorial he insistido en que en Atlético Nacional los resultados importan tanto como las formas de conseguirlos. El rendimiento del equipo, en términos de números y puntos acumulados, era positivo, casi satisfactorio; poco que reprochar en ese aspecto. Sin embargo, en cuanto al rendimiento colectivo y la expresión futbolística en el campo, el equipo era opaco, espeso, y se notaba confundido en una idea de juego que nunca logró expresarse de manera que satisficiera a una hinchada exigente que ha visto a Atlético Nacional disfrutar del balón durante muchas décadas.
El equipo de Pablo Repetto tenía principios y fundamentos de un fútbol vertical, acelerado, profundo por bandas, con secuencias de pase cortas y pases al espacio intentando explotar la espalda de los defensores rivales. Sin embargo, estos intentos se mostraban acelerados y precipitados. Además, mantenía un bloque de presión medio-bajo y un aprovechamiento de la nómina casi inexistente, ya que el técnico uruguayo estaba obsesionado con intentar imponer su idea con un once específico, sin importar el nivel individual de los jugadores en el campo. Todos vimos cómo algunos suplentes se ganaban la opción de ser titulares, pero la mutación de ese once ideal llegó muy tarde, y muchos jugadores en mal nivel se mantuvieron como titulares durante demasiadas fechas.
Este panorama resulta resistente al cambio, pues ante Jaguares en Montería vimos a un equipo que se comportó de manera similar. Aunque debo decir que fue un equipo más pausado y que tuvo un poco más de iniciativa para ejercer una presión alta, la verdad es que el nuevo técnico mexicano de Atlético Nacional pudo lograr poco y nada en este encuentro. El profesor Juárez ha expresado que su idea es la de un fútbol moderno, con alta intensidad y una posesión con sentido ofensivo como parámetros principales.
Ya veremos qué tan cierto es que el profesor Efraín Juárez viene a sumarle juego bonito a los buenos resultados que Nacional acumula este semestre. Por ahora, el cambio no es tan notorio, debido a las poquísimas sesiones de entrenamiento que tuvo el técnico entrante.
Atlético Nacional ante Jaguares de Córdoba fue la continuación de la idea del profesor Repetto, con el mismo juego vertiginoso, el mismo bloque medio-bajo en defensa, la misma posesión espesa y lenta del balón, además de los cambios demorados para darle otro aire al equipo.
Esto es normal, pues el equipo venía con una idea difícil de cambiar en tan pocos días de trabajo, y además, la inscripción tardía del profesor Efraín Juárez hizo que el mexicano no pudiera estar en el banquillo, dejando la dirección técnica a cargo de Diego Arias.