Sufrió el verde para ganar, pero un gol fue suficiente para pronunciar el ‘’ábrete sésamo’’de la esperanza, que es justamente su color.
Debió sortear 8 situaciones de riesgo en su arco y aprovechó una de las 7 que produjo frente a Cuadrado, a los 57’, cuando Hárrison Otálvaro filtró un balón al área para Alejandro Guerra. El venezolano aguantó el balón hasta la llegada de Luis Páez ( desde hacía mucho tiempo, enemistado con la red) y el remate, concluyó en el delirio colectivo de 31780 abonados en el Atanasio Girardot.
Los momentos de peligro que soportó Cristian Bonilla, fueron más por desajustes individuales de su defensa, que por la gestación de juego del visitante. Bonilla , durante muchos meses no fue tenido en cuenta y volver a la titular, era un albur a correr. Dudó entre salir y quedarse, (venía sin ritmo y por ende sin combinación de tiempos y distancias) ; otorgó rebotes de frente, en los que fallaron Arias y Jiménez. Recorrió un túnel de zozobras, pero al final con sus atajadas del segundo tiempo, la tribuna lo aplaudió a rabiar. Miller Mosquera (improvisado de líbero en la zaga) y Sebastián Pérez, quien acabó en la posición de ‘’volante ancla’’, quisieron salir del fondo a gambeta limpia, por la zona central y por poco pagan un alto precio a su osadía. Del medio hacia arriba, el anfitrión tuvo déficit en la elaboración de jugadas y en el volumen ofensivo (llegaban 4 de sus atacantes y el comité de recepción estaba compuesto por 8 defensores).
En el primer tiempo, Caldas tenía más recuperadores que Nacional en el medio. Además en distribución de balones en esa zona, pesaba más el visitante Johan Arango, (buscando siempre el enganche con Arias y Jiménez) que Bernal, Arias, Pérez , Valoy y Cía. Cuando el marcador se situó 1-0, ya Nacional tuvo lapsos en que se le ‘’montó’’ al partido, porque crecieron los rendimientos individuales ( Bonilla, Miller, Hárrison, Valoy, Guerra, Valencia, Murillo) . Aunque al local le faltó en gran parte tenencia de la pelota, para bajarle la temperatura al enemigo, logró dejar el arco en cero y producir arriba algunos ataques con filo. Hubo mucho intercambio de golpes, cuando los dos oncenos se soltaron en el ataque, pero la balanza se inclinó por la gente de Osorio, quien dispuso algunos cambios posicionales muy interesantes, para neutralizar al enemigo.
Caldas pecó por impaciencia e imprecisión, mientras Nacional cerró la noche con lucha , velocidad despliegue físico… y uno que otro trazo de estética.
La situación con ésta victoria dominical, es clara . Nacional adquirirá su tiquete a la final, ganando los dos partidos que le faltan de visitante contra Huila y de local contra Santa Fe.
Para el campeón, parece que no hay imposibles, ni puertos cerrados a sus naves soñadoras.
Escrito :Wbeimar Muñoz Ceballos.