Por: Juan Felipe Velásquez.
Nacional está a 90 minutos ante Junior de Barranquilla (y en condición de local) de ser finalista de la liga colombiana luego de cuatro años de sequía. En el partido de anoche ante Millonarios el fútbol del verde no apareció, pero el equipo le tiró la camiseta encima al rival y se quedó con la primera opción del grupo para ser el elegido en la finalísima de este semestre, pero sobre todo, dejó eliminado a su eterno rival una vez más, confirmando su condición de el más grande de Colombia.
De nada sirve entrar en detalles futbolísticos porque el equipo de Hernán Darío Herrera no mostró mayor expresión táctica o estratégica, de hecho, el empate se soportó en altísimos niveles individuales como el de Olivera, Kevin Mier y Sebastián Gómez, jugadores regulares a lo largo del semestre y que, de darse el título por fin, no cabe duda qué se consolidan como baluartes fundamentales del equipo en esta campaña.
Millonarios fue absolutamente superior en lo futbolístico, pero de nada vale en el fútbol merecer, pues es ahora Nacional quien disputará el partido definitivo de estos cuadrangulares ante Junior y no el equipo capitalino que, una vez más, se quedó con las manos vacías y con un proyecto que, pese a ser admirable en cuanto a lo futbolístico, resulta despreciable en los resultados finales. Pero a todo señor, todo honor, y Millonarios es un equipo que juega bien a la pelota, de hecho, en mi opinión, es el equipo que mejor juega a la pelota. Luego de reconocer las bondades de Alberto Gamero, ahora es momento de ensalzar el espíritu competitivo que tiene la plantilla de Nacional. Ese espíritu que ahora lo tiene a puertas de una nueva final y que, pese a el deficiente manejo técnico de Herrera, hay una plantilla que se gestiona sola desde lo individual y merece todos los aplausos posibles.
Este Nacional nos ha hecho sufrir en demasía en el transcurrir de las finales del fútbol colombiano pues con pocos partidos restantes para que finalice el actual torneo, como hinchas, aún no tenemos la certeza de qué Nacional va a aparecer en cada partido. Dicho esto, no queda más que confiar en la garra y la habilidad de la plantilla que conforma y defiende a esta institución porque ante Junior será un duelo de muchas tensiones y de absolutas incógnitas respecto al rendimiento colectivo de Nacional, pero la entrega y el compromiso de los jugadores está asegurado y, por lo visto, con eso basta para ilusionarse y soñar con una nueva estrella que adorne el escudo de Atlético Nacional.