Acudiendo a la épica en los últimos minutos del partido, Atlético Nacional le dobló las rodillas al campeón vigente de la Copa Libertadores de América y ahora espera a su nuevo rival Defensor Sporting de Uruguay. Otra jornada para el recuerdo por su gol en el ‘’minuto de Dios’’. Pasó malos ratos por el acoso de Mineiro,( que al final fue más óptico que efectivo) y sigue soñando con otro trofeo.
La idea inicial era echarle nudo al juego de medio campo de los brasileños, con la colocación de cinco volantes : Bocanegra, Bernal, Mejía, Farid y Valencia. En defensa situaba también cinco defensores : Bocanegra, Peralta, Henríquez, Murillo y Valencia. Despoblaba el ataque, en beneficio del control del partido y para cumplir con el objetivo, los movimientos de Bocanegra y Valencia, eran de luces largas con recorridos de banderín a banderín, por sus respectivos flancos. La misión se cumplió a medias, puesto que el equipo retrocedió demasiado entre los minutos 10 y 30, dejando pelota e iniciativa al rival. En ese lapso Mineiro hizo el gol : llegada al fondo de Jo, remate de Tardelli en el palo, rechazo corto y defectuoso de Mejía, recuperación de Donizetti y pase a Fernadiño quien anotó con un disparo imparable. Los verdes no sostenían la pelota y el conjunto local insistía en su protagonismo. En el último cuarto de hora reaccionó Nacional y desperdició una jugosa oferta de gol con Valencia, quien sólo frente al arco, desvió su intento. 1-0 en los 45 iniciales.
Hasta ese momento faltaba presencia de rematadores del equipo colombiano, en el área de Víctor. El local en sus ataques, sólo disparaba balas de goma. Sherman y Edwin , no tenían peso en la zona creativa y Jefferson ( quien ingresó en reemplazo de Peralta) sufría de frío y soledad. En los últimos minutos del partido, Nacional más entero físicamente, empezó a lanzar cargas de profundidad (tuvo una llegada punzante con Sherman) hasta que a 2 minutos del final, un pase de Edwin a JEFFERSON DUQUE, culminó en una ligera desviación de la pelota con el guante derecho de Víctor y la mágica aparición del goleador en un aterrizaje perfecto, para desatar la alegría de todo un pueblo. El 1-1, clasificaba al ‘’rey de copas’’.
Mineiro quiso ser más protagonista, pero en el balance de situaciones de gol, no fue superior su oponente.
En Belo Horizonte, pareció que había salido el sol, para iluminar la noche brasileña.
Por : Wbeimar Muñoz Ceballos.