Dos estilos muy definidos, se enfrentaron en el Atanasio Girardot, en partido anticipado de los cuadrangulares semifinales. De un lado, el Huila más preocupado por neutralizar al rival, que de atacarlo. Nacional recurriendo permanentemente a la imposición de su físico, muy por encima de los ideas. Al verde le bastó un remate cruzado de WÍLDER GUISAO desde 30 metros, al minuto 67, aprovechando un parpadeo en marca de los volantes opitas, para descorchar la noche.
De resto la jornada se fue en duelos zonales por manejar el sector intermedio, mucha lucha equivocada en el intento de sobrepasar líneas, preocupaciones para cerrar los flancos de la cancha y un gran derroche de sudor, lo que estéticamente no deja recuerdos, pero puede señalar el camino de 3 puntos, que a la hora de la contabilidad futbolística, puede representar la gran diferencia, entre la felicidad decembrina o el derrumbe| de una ilusión.
Ganó el equipo que más buscó el gol. Diez aproximaciones de la gente de Osorio, por cuatro de la del Pecoso Castro. De juego-juego, poco. Pelota que iba y venía, con los espacios reducidos para circularla y un objetivo básico : mantener el arco en cero. Volantes que poco pisaron las áreas y al final entendieron que cuando no se puede avanzar tocando, los disparos desde lejos pueden ser la fórmula. Sin oxígeno por los costados, los dos conjuntos , se atascaron por el medio y cuando lo colectivo no produjo nada, la acción individual aportó algo de emoción. Tréllez, Pérez, Guisao, Valoy y Copete, se fueron acercando, pero no divisaron la red con claridad. En el otro bando Moreno, Pérez y Hechalar, se asomaron un poco, pero cuando no hay ni engaño ni sorpresa, la culminación resulta borrosa.
El sudor y el músculo, por encima del talento. Hasta que alguien se equivocó en la telaraña opita y Guisao cantó bingo.
Se rescatan de Nacional, su actitud permanente de batalla, el cierre de su arco por tercer partido consecutivo y la fe del carbonero, para ir una y otra vez en la búsqueda del objetivo. Después de dos derrotas ante el Huila, logró sacudirse, corriendo más.
Huila aportó tan poco, que bien pudo entonar los versos del tango de Goyeneche, al quedar como ‘’hoja enloquecida en el turbión’’.
Un 1-0 sin mucho para la historia, pero al final de cuentas, una victoria que puede ser el primer paso para clavar otra vez la bandera en las altas cumbres.
Escrito Por : Wbeimar Muñoz Ceballos.