El análisis de Juan Felipe Velásquez.
Este lunes, Atlético Nacional e Independiente Medellín se encontraron en un vibrante duelo en el estadio Atanasio Girardot por la fecha 18 de la Liga BetPlay 2024 II. El clásico paisa nos dejó un empate 1-1, marcado por una brillante asistencia de Edwin Cardona que culminó en el gol de Andrés Felipe Román, igualando el marcador luego de que Brayan León adelantara al ‘Poderoso’. A pesar de que el empate permitió a Nacional conservar su posición en la tabla, también dejó un sabor amargo para aquellos que esperan ver a su equipo en la cima de la clasificación y peleando por el punto invisible de cara a los cuadrangulares.
Nacional, un equipo de linaje ganador, ha mostrado una importante evolución en su capacidad para gestionar los momentos de juego. La institución ha entendido que no todos los partidos se pueden ganar con posesión y elegancia. A veces, el camino para salir victorioso requiere actitud, garra y adaptabilidad. Pero en este proceso, el equipo parece estar cayendo demasiado en un estilo combativo, perdiendo parte de la fluidez y el dinamismo que lo caracterizó a principios de octubre. Es un balance delicado, pero necesario: un equipo campeón debe dominar el arte de combinar la belleza del juego con la contundencia en los momentos decisivos.
El empate de este lunes marca un nuevo punto de inflexión en la lucha de Nacional por consolidarse en la parte alta de la tabla. Es innegable que se han dejado escapar puntos valiosos en el camino, puntos que habrían fortalecido su candidatura al título. Ahora, Nacional aún tiene opciones de alcanzar el bono del “punto invisible”, pero dependerá también de otros resultados, lo que pone en riesgo esa ventaja estratégica. En un torneo donde la diferencia entre el primer y el octavo no es tan marcada, puede parecer menos grave, pero para una institución de la envergadura de Nacional, cada detalle cuenta. Esto no es para dramatizar, pero sí para recordar que el peso y la responsabilidad de llevar el escudo verdolaga exigen siempre aspirar a la excelencia.
La situación con Alfredo Morelos merece una mención aparte. Si bien su trayectoria le ha ganado respeto, su desempeño en el actual semestre ha dejado dudas, sumado a problemas de indisciplina que han afectado su imagen y su rendimiento. A pesar de esto, Morelos sigue siendo la elección en el once inicial, mientras que Kevin Viveros, quien ha demostrado un gran momento y habilidad para desarmar defensas con sus diagonales y rapidez, se ha quedado en el banquillo. Es entendible la lealtad hacia Morelos, pero cabe preguntarse si no es el momento de priorizar el presente de Viveros, quien ha demostrado ser capaz de contribuir decisivamente al equipo en el campo de juego.
Finalmente, el caso de Edwin Cardona es otra faceta de la narrativa de este equipo. Dentro del campo, Cardona es uno de los jugadores más influyentes y un verdadero referente en la liga. Sin embargo, fuera de él, ha sido sometido a un escrutinio continuo que en ocasiones parece excesivo. Su trayectoria y sus números hablan por sí solos, y su liderazgo ha sido fundamental para Nacional en esta temporada. Es nuestro capitán, surgido de la cantera y plenamente comprometido con los colores. Es momento de que la hinchada y la institución lo arropen como lo que es: un pilar del equipo. El fútbol es pasión, y las personalidades y el carisma de jugadores como Cardona son los que le dan color y vida a este deporte. Un equipo como Nacional necesita un capitán que inspire, tanto en el campo como fuera de él.
Este empate deja varias lecciones para Atlético Nacional. La adaptación es importante, pero no se debe perder de vista la esencia de un equipo cuyo legado está en la combinación de belleza y fuerza en su fútbol.
La oportunidad de consolidarse en la cima sigue ahí, pero solo si cada miembro del plantel, desde el jugador experimentado hasta el joven en ascenso, entiende la magnitud de lo que significa vestir esta camiseta. El camino hacia el título aún está abierto, pero será la constancia, el carácter y el equilibrio en el juego lo que definirá si Nacional está preparado para levantar el trofeo al final del torneo.
¡Hasta la próxima, verdolagas!