FOTOS: CORTESÍA DIMAYOR
Por: Juan Felipe Velásquez.
Nacional está clasificado hace un mes a los cuadrangulares finales. Realmente, poca diferencia existe entre el cabeza de grupo y el resto de los integrantes de cada cuadrangular, por tanto, El Verde se dedicó a competir con seriedad en la Copa Colombia.
Ayer Nacional perdió uno de los partidos más importantes del año. No importa que no se jugara nada más allá del honor, pero esto, para el hincha, es tan importante como la estrella 17. Millonarios hizo un espectacular trabajo anulando a Nacional desde la presión alta y las marcas asfixiantes, pero también supo atacar al conjunto paisa con un juego de posición magistral y escaso en el FPC.
Yo no voy a caer en cuestionar el compromiso de la plantilla, porque no me compete a mi juzgarles, pero si creo que estos jugadores han caído en un bache futbolístico justamente por la clasificación temprana. No es algo condenable en demasía, pero peligroso. Entrar en esta racha de mal juego y resultados incómodos puede que se prolongue más de lo necesario y Nacional termine hundido en su propia tumba de la relajación y el conformismo.
Ganar trae más victorias y es la segunda vez que escribo esta frase aquí, porque, evidentemente, perder trae derrotas. Y luego como cuesta salir de ese bache en el que el mismo equipo decidió meterse. Eso si, no por falta de compromiso, pero si por exceso de relajación y un campeonato mal diseñado que permite estas cosas.
Ahora bien, jamás me verán cuestionar el profesionalismo de la plantilla porque me consta que son trabajadores incansables. Un grupo comprometido qué pasa un mal momento por elección inconsistente y no por falta de profesionalismo. Es momento de tensionarse de nuevo y recuperar el espíritu competitivo perdido. Evidentemente, cuando hay algo más que un calendario que cumplir, la mente trabaja a otro nivel y los sentidos se tensionan para la competencia.