Da gusto ir a fútbol cuando los dos equipos no ahorran combustible con la idea de atacar y se desmelenan mirando a los arqueros. 25072 feligreses cumplieron con el ritual del templo deportivo, no obstante el aguacero caído antes, en y después de la jornada. Valió la pena el estoicismo, porque fue premiado con buen juego, goles y emoción.
En los 30′ iniciales Bernal en dos ocasiones y Jefferson en otra, por una parte, y Helibélton, Casierra y Mera, por la otra, ensayaron disparos peligrosos. La cancha no era la mejor para el diálogo de “la tuya y la mía” porque el balón difícilmente rodaba. Nacional fue a la ofensiva con cesiones largas y rasantes de Macnelly quien contó con la compañía de Chará y optó por salidas de costado desprendiendo a sus laterales Alcatraz y Farid. Cali también dio libertad a Helibélton, pero se basó más en triangulaciones en el último tercio de cancha.
Del minuto 30 al 45, Nacional inclinó la gramilla hacia el arquero Hernández, por mayor posesión del cuero y apertura de espacios. Jefferson y Bernal escribieron el prólogo, para la primera alegría de la noche. Uno con un cabezazo y el otro con un remate de lejos. Hasta que a los 41′ llegó el párrafo anhelado. Macnelly sirvió a Chará y éste a JEFFERSON DUQUE, quien en un magnífico contra anticipo al cancerbero rival , depositó en la red el 1-0.
Fue un primer tiempo agradable para la retina, con dos conjuntos atacando con la fuerza de las locomotoras. A Benedetti que jugaba entre líneas, poco a poco le echó el lazo Alex Mejía y ahí los azucareros perdieron claridad. Cali aferrado al toque que le permitió una cancha lisa y Nacional con transiciones al ataque muy rápidas. En el balance de ese período el local ganó en amplitud y profundidad de juego.
En el segundo acto el Pecoso entró a Roa, para que le solucionara los problemas en zona de creación, pero el jugador anduvo por debajo de su nivel. Después recurrió a Murillo y terminó actuando con tres delanteros, pero se descobijó en el medio, otorgando más espacios a Nacional, mientras el drenaje del Atanasio mejoraba las condiciones del campo.
Los azucareros bajaron de revoluciones y el equipo de Rueda aumentó el voltaje en el segundo capítulo del compromiso. Se fueron por lesión Bernal y Macnelly y sus reemplazos Sebastián y Guerra entraron enchufados. Sebastián remató a portería en el minuto 73′, soltó Hernández y MARLONS MORENO ganó el rebote para el 2-0. Guerra a los 78′ metió el balón por el ojo de una aguja hacia el área y Nazutti cruzó a Marlos en claro penál. Cobró JEFFERSON y el 3-0 se convirtió en delirio de la tribuna.
Cali no hizo los deberes en ofensiva y pasó los 45′ finales con solo un disparo de Roa en el cierre. Nacional tuvo otras llegadas con Jefferson y Macnelly y hasta pudo aumentar la cuenta en un tiro libre de Alcatraz, que devolvió el travesaño.
NOTA ESPECIAL, para Marlos Moreno, un chico de las inferiores de Nacional ( y cómo nos gusta que Rueda mire a la cantera, olvidada por muchos años). El juvenil se pasó 73′ tratando de gambetear a la noche y perdiendo en cada intento de hacer serpentinas. Cuando cambió los arabescos, por rupturas al espacio, marcó un gol y originó otro. En 17 minutos encendió dos soles, que estarán por siempre en su memoria.
El Nacional de ésta noche, salió con ganas de comerse el mundo, con grandes mejorías en lo individual y lo cooperativo. Le pegó un gran mordisco, nada menos que al actual campeón de Colombia que regresa a Cali con un hueco de piel, profundo y sangrante. Y en éstas circunstancias al hincha no le importan ni la lluvia ni el frío, porque la felicidad va adelante.
¿No les parece ?
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.
