Nacional, manejó el primer tiempo con mano de hierro y controló el segundo. Rompió uno de los puntos fuertes de Santa Fe, que es el juego aéreo… y lo hizo en las dos áreas. Entre el minuto 15 y el 18, destrozó las trincheras enemigas dos veces : con un cabezazo de LUIS CARLOS RUIZ y con un rebote ganado por ALEJANDRO BERNAL. Y como si algo faltara enjauló a ”los leones” con otro testazo de ARLEY RODRÍGUEZ a los 80’ y su valla solo vino a caer, en la agonía del partido con un disparo de ANDERSON PLATA. Triunfo indiscutible.
Los visitantes cambiaron el sistema de 3 defensas, por un 4-4 improductivo, sacrificando inclusive a su creador Jonathan Gómez, al enviarlo al comienzo, a labores de marca a la banda derecha y luego a la izquierda. Cuando en los 45’finales, subieron sus huestes a terreno verdolaga, navegaron sin puerto de llegada. Nacional ya los había herido de muerte, con un fútbol de triangulaciones; soporte de balones para reenviarlos de inmediato a espaldas de las líneas rojas; la salida en largo en el accionar de Henríquez; el juego entre líneas de Aldo Leao, los movimientos de Ruiz y la labor de Ibargüen, “caracoleando” en la orilla izquierda.
En el primer período Nacional no dejó que Santa Fe, pasara de los tres cuartos de la cancha. Tuvo muy buena recuperación en el medio, hizo los goles y mostró un gran catálogo de líneas de pase, no obstante que Dayro Moreno, no se pudo acomodar a su antigua posición de desborde por el flanco derecho. Nacional con más entusiasmo y estética, fue superior en los aspectos táctico y técnico.
Si a los capitalinos no les funcionó el oleaje que intentaron al final, fue porque Nacional evitó su armado, en un trabajo en el cual todos sus jugadores defendieron y practicó un hubo fútbol coral, cuando hizo circular la pelota. Las posesiones del cuero, por parte de los cardenales,… se hicieron más duraderas que al principio, pero no les alcanzaron, para cambiar la historia.
Ese ES el problema de los equipos que apuestan la mayor parte del capital a defender (con ese estilo, Santa Fe ganó varios títulos), pero cuando se ven perdiendo, no saben cómo imponer el juego posicional, porque la fórmula básica que entrenan, es el contragolpe.
Los 21624 aficionados, que asistieron estoicamente al Atanasio (en una noche muy fría y lluviosa), tenían espinas en las gargantas por el 0-4 del tercer equipo de los verdolagas, en aquel partido del año pasado, que tanto celebraron los cardenales.
Con el 3-1 de ésta jornada, la deuda quedó saldada.
No les parece ???