Por: Juan Felipe Velásquez.
En el fútbol no existe la receta del éxito. No hay filosofía perfecta, no hay idea de juego que asegure la victoria. El camino al éxito es diverso y son muchos los factores que te acercan o te alejan del objetivo; pero una cosa es segura y es qué hay maneras que aumentan las posibilidades. Anoche Nacional dio muestras de ello. El Verde jugó un genial partido luego de mucho tiempo justamente porque eligió la manera que, por ADN, más lo acerca a la victoria y a la comunión con su hinchada. Contrario al Bucaramanga que vino a Medellín pensando en NO perder más que en ganar.
Si bien es cierto que la posesión, la presión alta, la intensidad y concentración de los jugadores son todos elementos de una idea de juego ganadora, no basta con declarar la intención, sino demostrar que se trabaja. Nacional carecía justamente de eso, de intención. Ayer, luego de varias semanas de dudas e incertidumbres, Nacional entendió que el tiempo se agotaba y que la oportunidad de auto proclamarse FAVORITO AL TÍTULO dependía de ellos mismo, de este plantel rico en figuras y en talento. Los jugadores entendieron que aún dependían de su propio rendimiento y que un nuevo paso en falso iba a complicar todo. Bajo este contexto, Nacional salió a arrollar a un Bucaramanga triste, inofensivo, ingenuo y amarrete.
Y es que el mérito de la victoria es para Nacional, los jugadores, el cuerpo técnico y la hinchada, pero también para el Bucaramanga, pues su planteamiento fue, en verdad, pésimo. Ante un Nacional lleno de urgencia y hambre, el conjunto leopardo salió a a encerrarse en su arco desde el primer segundo, salió a posicionar su bloque a 20 metros de su propio arco haciendo marcas muy amplias y regalando espacios como solares. Nacional, motivado y competitivo, se dio un festín.
El conjunto verde cambia radicalmente su fútbol de acuerdo la posición de sus volantes, es decir, de acuerdo al posicionamiento de sus interiores en zona 2, el verde tiende a ser más o menos fluido, profundo e intenso. Cuando Sebastián Gomez es único medio centro defensivo, Nacional ubica dos interiores en una segunda línea de pase (Andrade y Jarlan) logrando que el equipo pueda progresar satisfactoriamente, pero cuando sus dos volantes ofensivos descienden en demasía, Nacional empieza a verse espeso y lento en su trasegar. La clave del éxito en Nacional radica en su mediocampo. Alguno rivales ya lo entendieron y han sabido complicar, pero Bucaramanga fue muy ingenuo y terminó por llevarse 4 goles en contra.
Al Verde se le dio todo ayer. Buen fútbol, goles, victoria propia y hasta ajena. Junior derrotó a Millonarios en Barranquilla y, en conclusión, Nacional se acostó líder del grupo. Las posibilidades del título crecen, la ilusión regresa y ahora depende únicamente de Nacional que este semestre sea satisfactorio para todos. El partido de la ciudad de los parques será a otro precio porque el Leopardo aprenderá de sus propios errores y buscará la manera de anular a los dos volantes ofensivos de Nacional para lograr apagar al equipo. Es ahora cuando el cuerpo técnico debe demostrar que tiene un plan B, C y D. Gran porcentaje de la clasificación está en una victoria en Bucaramanga, así que el Arriero tiene una grandiosa oportunidad de demostrar que su idea evoluciona y no se estanca.