El análisis de Juan Felipe Velásquez.
El empate 1-1 entre Atlético Nacional y Deportivo Cali, en el partido aplazado de la fecha 7 de la Liga BetPlay, dejó más preocupaciones que certezas para los dirigidos por Efraín Juárez. Aunque el marcador no refleja una superioridad clara de ninguno de los dos equipos, lo más preocupante para los ‘verdolagas’ fue la incapacidad de imponer su estilo de juego, incluso jugando en casa, aunque sin público por la sanción.
Contrario a lo que podría esperarse de un equipo grande como Nacional en su propio estadio, el partido careció de un dominador absoluto. Si bien los locales intentaron por momentos buscar el arco rival, no lo hicieron con la claridad necesaria para ser considerados los dueños del encuentro. A lo largo del primer tiempo, se vieron pocas emociones en ambos arcos, con Nacional apostando principalmente por los disparos de media distancia como su herramienta más constante. Sin embargo, los intentos carecieron de profundidad y contundencia.
En el segundo tiempo, el panorama no mejoró demasiado. Deportivo Cali, que llegaba con la presión de sumar puntos para alejarse del descenso, se mostró cómodo, controlando los tiempos del partido y frustrando los intentos de Nacional por imponer su idea. Fue un encuentro trabado, sin un verdadero dominador, y aunque Nacional logró abrir el marcador, no fue capaz de cerrar el partido ni de capitalizar las oportunidades que se presentaron para asegurar los tres puntos.Una de las figuras de Nacional sigue siendo Luis Marquinez, el joven arquero que, pese a la polémica mano que terminó con el empate del Cali, mostró seguridad en la mayoría de las acciones del partido. Con apenas 22 años, Marquinez está empezando a sumar minutos en el profesionalismo, y aunque es normal que cometa errores de juicio en este proceso de crecimiento, lo cierto es que tiene el potencial de convertirse en un arquero de clase mundial.
La jugada polémica del partido, en la que el árbitro Carlos Mercado sancionó una mano fuera del área que terminó en gol de Andrey Estupiñán, ha sido discutida ampliamente. Las repeticiones mostraron que Marquinez jugó el balón sobre la línea, lo que no debería haber sido penalizado. Sin embargo, al no ser una jugada de gol, el VAR no intervino y la decisión del árbitro se mantuvo, condicionando el resultado final. Aunque Marquinez fue víctima de un error arbitral, sigue siendo una pieza fundamental para el equipo y su potencial crecimiento dependerá de la confianza que Nacional deposite en él.
Más allá de la actuación de Marquinez, Nacional no logró imponer su juego colectivo. El equipo careció de fluidez y contundencia a lo largo de los 90 minutos. Bajo la dirección de Juárez, el equipo está aún en construcción, pero con el campeonato avanzando, el tiempo apremia y la regularidad es una necesidad urgente si el equipo quiere pelear por el título en diciembre.En términos de nivel individual, la plantilla de Nacional muestra una diferencia notable. Hay jugadores que tienen la calidad suficiente para ser determinantes y llevar el peso del equipo, pero otros aún no alcanzan ese nivel competitivo necesario para sostener una temporada exigente como la que enfrenta el club. Juárez necesitará encontrar la fórmula para sacar lo mejor de toda la plantilla, especialmente en momentos en los que el equipo no logra imponerse como en este partido ante Cali.
El empate deja a Nacional con más preguntas que respuestas. Si bien el talento individual existe y jugadores como Marquinez o algunos de los volantes han mostrado destellos de calidad, el equipo necesita ser mucho más consistente si pretende aspirar al título. No basta con chispazos o actuaciones individuales destacadas; el fútbol es un deporte colectivo y Nacional aún tiene que encontrar esa cohesión que lo convierta en un verdadero contendiente.El tiempo corre y Nacional debe ajustarse si quiere pelear en lo más alto. Lo que se vio en el Atanasio Girardot ante Cali no es suficiente para soñar con un título. Ahora, la tarea de Juárez será consolidar un equipo que no dependa de momentos aislados y que pueda imponer su juego con regularidad en los partidos que restan de la temporada.
¡HASTA LA PRÓXIMA, VERDOLAGAS!