Al mejor estilo de Marcel Proust, Nacional viajó a Ecuador, ‘’en busca del tiempo perdido’’ y gracias a un gol en el último suspiro de la noche, derrotó a Barcelona 2-1, para asumir temporalmente el primer puesto del grupo 7 de la Copa Libertadores.
Lo que perdió de local frente a Estudiantes, lo recuperó en el estadio Modelo de Guayaquil.
Apenas transcurrían 50 segundos, cuando Yulián perdió un balón en la zona media verdolaga. Se lo robó Fresotti, para habilitar a Blanco y éste sirvió a Bryan Alemán, quien se filtró en el área, entre Alcatraz y Nájera y de zurda situó el partido 1-0. Estupor en las tribunas, porque el despertador sonó tarde y al visitante no le dieron tiempo de arreglarse la corbata.
Durante 60 minutos, con excepción de remates de media distancia de Bernal y Zeballos a los que respondió bien el arquero Banguera, a Nacional le costó demasiado armar su juego. Barcelona impuso superioridad numérica en la zona activa de juego y al recuperar más balones, intentó aumentar la cuenta, pero como es un equipo liviano del medio hacia arriba, se frustraron las llegadas en remates de Blanco y Colón. Robar el balón y hacer transiciones rápidas, era la fórmula de los locales. Por su parte, el verde era lento y no tenía sorpresa.
Los primeros 15 minutos del segundo tiempo, fueron del conjunto ecuatoriano. Tres situaciones de peligro en el arco de Armani, en maniobras de Blanco (gol anulado por fuera de lugar y protesta del autor), resbalón de Colón en posición inmejorable de remate y disparo de Alemán desviado al tiro de esquina por el arquero verdolaga.
Juan Carlos Osorio, metió mano con los ingresos de Ruiz y Guerra (61’) y cambios posicionales al bajar a Bocanegra a la defensa; buscó sociedad por el eje central, entre Yulián y el venezolano y como por arte de birlibirloque, Nacional creció y a su rival se le fue acabando el gas. Barcelona bajó en intensidad y su oponente se apoderó de la pelota y de la propuesta de ataque. Ruiz quien llevaba 4 minutos en la cancha, serpenteó entre 2 rivales y sirvió pase a Alejandro Guerra, quien de tijera, situó la pizarra en el 1-1. Primera escaramuza ofensiva de la visita en el segundo tiempo y gol.
El buen acondicionamiento físico que le ha dado el profesor Jorge Ríos a Nacional, le ha servido para rematar muy bien, muchos partidos. Y ésta noche, no fue la excepción. Pelota, espacios e iniciativa, fueron del verde. Yulián estuvo cerca del segundo tanto y luego en un mano a mano, fuera del área, entre Copete y Banguera, fue expulsado el arquero.
El árbitro chileno Ossés ordenó 5 minutos de reposición y cuando sólo faltaban 10 segundos (iban 94’ y 50’’) para el pitazo final, hubo una jugada grupal mágica, entre Yulián, Bocanegra y Valencia. El centro de éste último, permitió un cabezazo de LUIS CARLOS RUIZ y la victoria 2-1. El arquero suplente Lanza y todo Barcelona, fueron metidos en una botella de náufrago y ya no hubo tiempo para anclar en puerto.
Entre Osorio, Guerra y Ruiz, y la cuota de aire extra, le dieron vuelta al marcador. Se había pasado de la oscuridad futbolística, a una aurora preñada de resplandores.
Escrito por: Wbeimar Muñoz Ceballos.