Mientras Huila llegó a ocho fechas sin conocer la derrota, Nacional ajustó su sexto partido consecutivo sin victorias como local. Después de la derrota, el técnico J.C. Osorio presentó su ‘’memorial de agravios’’, en la rueda de prensa : el exceso de partidos ; la falta de un gambeteador que gane en los duelos individuales ; calificó la actuación de su equipo, como la peor del año; habló de la falta de penetración en zona enemiga ; lo escaso de un juego de fluidez ; y reconoció que está comprometida la clasificación a los cuadrangulares.
Nacional estaba lleno de buenas intenciones, pero el Huila lo amarró en los costados y no lo dejó pensar en la zona de gestación. Aunque era cierto que la debilidad verdolaga radicaba en la poca reproducción de movimientos de desmarcación y mejores y más veloces circuitos con el balón, el técnico se dedicó a cambiar la distribución de los jugadores, lo que no surtió efecto. Al comienzo Bocanegra de volante, después de defensa central…Miller de central a volante…Sherman del costado, al eje del terreno…Copete de volante lateral a puntero…intercambios entre Ruiz y Páez, del centro a la punta…y así sucesivamente. Era la clásica búsqueda del ahogado, río arriba
Cuando los anfitriones, en el segundo tiempo, quisieron clarificar el fútbol creativo, con el movimiento de Sherman, el Pecoso le envió una marcación individual con Guazá y lo anuló por completo. Antes, en el primer acto, la visita cerró el trabajo de bandas de Sherman y Guisao, con Córdoba y Murillo, acosó a Bernal y Bocanegra para desconectarlos de Valoy y los atacantes …y con mucha presión en el medio, le tapó el paisaje a Nacional, porque siempre trató de establecer superioridad numérica en la zona activa de la pelota. Esa presión, forzó al error del contrario. Se aplicaba para el local, el viejo principio de que ‘’cuando no se es claro en el medio, no se es claro en la llegada al arco rival’’. Tolima lo tuvo encadenado.
Minuto 39 : HEernan Hechalar en una habilitación de Guazá, superó primero a Bocanegra y después a Miller, para el definitivo 1-0. Un gol mágico y de zurda. Desde entonces, Nacional se hizo confuso y taciturno en creación, poco profundo por los costados y romo en el ataque. Sólo Juan Pablo Ángel en dos ocasiones, pudo superar en el juego aéreo a la defensa del Huila, pero como un contraste lo cambiaron para el segundo tiempo, cuando a la gente de Osorio le dio por tirar ollazos al área enemiga. Todo el intento, lo esperó de frente y con orden, el bloque defensivo del Pecoso Castro, quien con el ingreso de Lozano, armó una doble línea de 4 y acabó de nublar a los verdes. Los opitas hicieron ver al campeón tieso, sin argumentos, distraído, predecible y feo.
El asunto no estaba en los cambios posicionales. Era cuestión de jugar bien con la pelota. En éste aspecto, la actuación de Nacional quedó en rojo.
Sus 13196 seguidores de hoy en el Atanasio Girardot, salieron con un nudo en la garganta y la tristeza a flor de piel.
Escrito por : Wbeimar Muñoz Ceballos.