Por : Wbeimar Muñoz Ceballos.
Nacional traicionó su estilo, al proponer un partido de juego aéreo. Quiso jugar ‘’ a la paraguaya’’, en vez de imponer su mayor riqueza técnica con balón al piso, o al menos, combinar las dos cosas. En la azotea del estadio, se impusieron los hombres de General Díaz ( un equipo que siempre anduvo entre tercera y segunda división y apenas en el 2013 ascendió a primera, después de 97 años) y con su fútbol (ese sí paraguayo de cuna), le enredó la vida a los verdolagas en Copa Sudamericana.
Los goles que obtuvo en el Atanasio, valen doble en caso de igualdad y no se vislumbra, cómo el cuadro colombiano remontará en el partido de vuelta el 25 de septiembre, porque sus rendimientos individuales son paupérrimos y el colectivo no despega.
En el primer tiempo y gran parte del segundo, la fórmula era la misma : balón desde el medio lanzado por Bocanegra hacia la derecha, donde Nájera la tiraba al hormiguero, a ver si Ángel de cabeza, hacía alguna pesca milagrosa. Y cuando la tuvo a ras de gramilla, los lanzamientos no fueron al arco sino a los postes (Sebastián estrellón dos desde la media distancia y Edwin en un penál volvió a pintar los cascos en el madero).
Para colmo de males en el minuto 16, Doldán se llevó el balón con la mano y el árbitro Soto de Venezuela se hizo el desentendido y en el pase a PEDRO CHÁVEZ, quedó estrenado el arquero Armani : 1-0. (A Armani debieran darle una bonificación especial, puesto que salvó dos goles cantados de la visita).
En los balones largos de General Díaz, se distribuían a lo ancho Contreras, Gamarra, Doldán y Cáceres. Nacional quedaba con sus cuatro defensas, más Bocanegra que agrandaba la línea. La propuesta táctica era bien intencionada,( cinco zagueros vs. 4 atacantes) pero con el mal trabajo de Henríquez y Peralta, no solo llegó el primero. A los 25, BLAS CÁCERES a pase de Gamarra, decretó el 2-0. El verde no supo salir de la presión enemiga, con toques y descargas y se dejó enredar por las avalanchas de una manada de búfalos. La gente de Osorio, jugó con una dosis de ansiedad , otra de desespero y le agregó al coctel , una buena porción de nubes en la cabeza.
En el segundo tiempo, no cambió el paisaje con los ingresos de Guisao y Bernal (por Ángel y Nájera). Nacional adelantó sus líneas, volvió a tirar ollazos, buscó la media distancia con Edwin ( respondió magníficamente el arquero Medina) y en resumen atacó con mirada de fiera, pero con fútbol de peluche, porque nunca pudo abrir el espacio ( ni cuando General Díaz le opuso un 4-4-2, ni menos cuando pasó a un 4-1-4-1). El vendaval fue aguantado por la red que tendieron los ‘’paraguas’’, quienes se mostraron fuertes presionando y generosos cuando desarrugaban las líneas.
Sabemos que los goles no llegan por decreto. Hay que buscarlos…pero con argumentos…y Nacional no los tuvo.
Nacional no recuperó su fútbol y por eso terminó poniéndose ‘’firmes’’ ante el General Díaz, en otra noche de tinieblas.